Mesa Redonda de Diálogos de CF y Otras Artes
Sesión UNO (¿Para quién escribimos?)
Hoy presentamos una nueva modalidad en Diálogos con gente de la Cf y Otras Artes. Se trata de una conversación donde intervienen y opinan, varias personas. En su mayoría son participantes del blog, pero eso no es una obligación. Los temas saltarán de uno a otro.
En un lugar sin tiempo, imaginemos una mesa redonda y sentados alrededor, amigos de todos los lugares del mundo hablando de cosas que nos gustan.
Participantes por orden de aparición:
Gedece (Gustavo Campanelli)
Ricardo Germán Giorno
Txerra
Silvia Angiola
José Joaquín Ramos de Francisco
Javier Arnau
Juan Manuel Valitutti
Aburcho (Carlos Morales)
M.C.Carper:
Hola a todos. Soy M.C. Carper. Me gusta dibujar y escribir sobre temas de ciencia ficción y fantasía. Bueno ya hay varias personas presentes, supongo que llegarán más. Así que cada uno vaya ubicándose en la mesa redonda virtual. Siéntanse cómodos y dispongan los aperitivos. Si hay algo que todos tenemos en común es la costumbre de leer Ciencia ficción o CF como suelo usar para estar a la moda de las siglas y abreviaturas. ¿Saben? Es curioso, desde que empecé a aficionarme a las publicaciones de la web con autores de habla hispana, mi cantidad de libros leídos editados en idioma inglés ha disminuido. Es lógico por una cuestión de tiempo. Los últimos libros que leí fueron Música en la Sangre (en papel), Naufragio en el Mar Selenita y VIERNES (estos últimos bajados de la Biblioteca de Sadrac).
A partir de 2006 consumí montones de cuentos en los e-zines. Varios escritos por personas aquí presentes. No voy a mentir que todo me asombró y ha dejado una marca en mi vida. No, pero si me han entretenido y más de uno me vuelve a la memoria por la idea del argumento, otros por la manera en que fueron escritos. Y el interrogante para dar el puntapié inicial es: ¿Para quién escribimos?
En lo personal creo que es una necesidad de comunicarse, de decir eso que no podemos hablar con cualquier persona y a la vez de hacerlo de una forma entretenida. Yo soy de incluir guiños codificados en las viñetas o los capítulos para que sean descubiertos por personas que tengan algo en común conmigo. Prefiero el lenguaje simple y directo y el ritmo ágil con la esperanza de agradar al lector desconocido. Es como disparar una flecha en la oscuridad. Pero el viaje es muy vigorizante para mí. Cada vez que dibujo o escribo me siento en un estado de placer y calma que no consigo de ninguna otra manera. Es loco porque puedo interrumpirlo por cualquier motivo y al retomar la escritura consigo recuperar el estado sin ninguna dificultad. A veces no estoy seguro si escribo para alguien o escribo por el gusto de escribir.
Okay, amigos. Si alguien quiere aportar lo suyo sólo comience presentándose.
¿Para quién escribimos?
Gedece (Gustavo Campanelli):
Hola a todos.
Mi nombre es Gustavo Campanelli, aunque por algunos lados se me conoce como Gedece. Soy un ávido lector y trabajo programando computadoras. Curiosamente uno de mis hobbies es programar computadoras, aunque lo hago en un lenguaje de programación distinto al que uso para trabajar. Me gusta mucho jugar con las computadoras, y muchas veces lo hago, y algunas incluso uso juegos para computadoras al hacerlo. Leo Ciencia Ficción, Fantasía, algo de literatura universal, historietas, comics y manga, y una buena tajada de novela negra (y no solo novela negra vieja, sino la de la nueva escuela... últimamente estuve leyendo novelas negras actuales escritas en Suecia).
Aunque en el caso de las novelas Suecas y el manga no puedo hacerlo, siempre que está a mi alcance prefiero leer lo que sea en idioma original. Encuentro un placer muy especial al descubrir una palabra que fue puesta en forma especial en el relato, como si solo esa palabra pudiera tomar esa posición, una señal de la lucha del escritor por encontrarla. Lamentablemente eso suele perderse en las traducciones.
Suelo leer muy rápido reteniendo bien lo que leo, producto de varios años de práctica. Solo hay dos cosas que me cuesta leer, que tardo muchísimo y que leo con muchas pausas: Manuales de juegos de rol, y manuales de algún lenguaje de programación. En ambos casos cada regla o explicación de instrucción que leo dispara en mi cabeza montones de posibles aplicaciones, y tengo que esperar hasta examinarlas detenidamente antes de seguir leyendo. Es divertidísimo, pero muy lento.
Escribo bastante, aunque completo solo lo que encuentro como completar, y al resto lo dejo para procesar en el subconsciente. Escribo principalmente cuentos de Ciencia Ficción, donde encuentro las mayores libertades para incluir ideas que se van formando en mi cabeza por otros motivos. A veces son grandes ideas, otras tan solo son cosas que me estimulan mentalmente, otras son simplemente cosas que me divierten (lo que no deja de ser una forma de estimulación mental). Disfruto muchísimo escribir, tanto como programar y aunque hay muchas distancias entre ambas actividades, también hay muchos paralelismos.
Me gusta mucho armar el esqueleto básico del relato a medida que lo voy escribiendo, tachar y escribirlo con mala letra mientras se mueve el colectivo (con dos viajes de 45 a 60 minutos cada uno por día en un solo transporte se comienza a buscar usos creativos del tiempo). Ahora bien, empiezo a escribir porque tengo alguna idea dando vuelta o porque algo que sucede me dispara una idea que comienza a conectarse con otras. Solo comienzo a escribir realmente cuando me sale de adentro la frase inicial del relato, en otros casos solo tomo notas generales acerca del tema general del cuento y algunas características más. De esta forma suelo llegar hasta la mitad del relato en cuestión. El problema es que solo termino de escribir algo cuando encuentro la frase final. No es que sea el poseedor de grandes frases iniciales y finales, pero evidentemente es mi obsesión al escribir y forma parte de mi método.
Una vez con un cuento terminado lo escribo en la computadora, y al hacerlo reescribo montones de cosas, corrigiendo palabras aquí y allá. O reordenando ideas y corrigiendo el texto para que sea lógico presentarlas en otro orden. Luego de eso lo imprimo, me siento a leerlo y voy corrigiendo faltas, palabras repetidas, y a veces también agrego o corrijo algo más. Luego de esto traslado esas correcciones a la computadora y listo, terminé de escribir. Una de las consecuencias de este método es que me tiene que gustar y entretener lo que escribo, debido a que voy a tener que leerlo varias veces. Eso quiere decir que cosas que no me resultan buenas, algún experimento fallido, no suele llegar hasta el final sencillamente porque no es lo suficientemente bueno para mantenerme interesado.
Como podrán ver, no suelo trabajar mucho los textos, ni tengo tremendas dudas acerca de cómo funcionan. Sucede que esas obsesiones de la frase inicial y la frase final me obligan a trabajar mucho en la cabeza (mucho subconsciente) la estructura general del cuento e incluso algunos pasajes que sirven como nexo entre ambas partes. O sea que escribo poco hasta el final, pero cuando llega al final, es el final.
¿Por qué escribo?
Varias razones, como cualquier otra persona. Muchas de esas seguro que ni yo las conozco, varias otras las estuve presentando en lo que acabo de escribir aquí arriba.
1) Me obsesionan ciertas cosas, me obsesiona darle forma a ciertas cosas
2) Tengo una imaginación hiperactiva, y la aprovecho para varias cosas. Esto generalmente es bueno pero a veces es contraproducente, es lo que me hace temer a las agujas, por ejemplo.
3) No busco fama, pero creo que en cierta forma busco trascendencia. La diferencia es sutil, pero también es grande.
4) Hay que conseguir algunos logros en la vida, para mi darle forma a un cuento y finalizarlo suele ser un pequeño logro, una satisfacción que va más allá de lo material.
5) Tengo cosas que decir, a medida que las voy encontrando las voy diciendo. Si además alguien las lee, mejor.
6) Me encanta jugar con las palabras, darles sentidos que funcionen a más de un nivel, encontrar la palabra justa alrededor de la cual puedo ubicar montones de otras.
7) Porque puedo y porque me gusta.
Como dije, debe haber más razones, pero estas son las que conozco, o al menos las que reconozco.
Finalmente vayamos a la pregunta que dispara todo esto.
¿Para quién escribo?
Para mí. Accidentalmente esto sirve para que los lectores lean y encuentren significados distintos al original, eso me encanta, pero no escribo realmente para eso.
Ricardo Germán Giorno:
Hola a todos
Trato de escribir cosas que no se parezcan a otras cosas escritas anteriormente.
Conscientemente no tengo un tema recurrente. Pero nunca se sabe.
Me alegro mucho cuando recibo un correo felicitándome por tal o cual cuento. Así que la veta de la vanidad se hace presente.
Ahora estoy en la época en que quiero demostrar... bah, "demostrar" no es la palabra, lo mío no va de la mano de lo científico. Digamos que quiero presentar una posibilidad diferente a la realidad de las cosas que damos por sentadas.
Y me está costando un huevo y la mitad del otro.
Les mando un abrazo
Txerra:
Hola a todos. Uhmmmm, esto de los grupos me recuerda a otros tiempos...
En fin, soy Txerra. Encantado de estar aquí (con M.C. voy dónde haga falta ;-p)
Por cierto, que nadie se pierda el número 2 del Fanzine TerBi: entre otras muchas cosas se pueden encontrar con la impagable portada "carperiana", así como una entrevista muy heavy...
Ricardo Germán Giorno:
Hola, Txerra, ¡tanto tiempo!
Silvia Angiola:
¡Hola! Soy Silvia Angiola, colaboro en Axxón.
Muchas gracias al moderador por la invitación y un gran saludo para todos los miembros del grupo.
Txerra:
¿Qué tal Ric? ¡Y tanto que tanto tiempo!
Editor Alfa Eridiani (José Joaquín Ramos de Francisco):
Hola a todos. Acabo de llegar al grupo. ¿Cuál es el suject actual? Por incorporarme a el.
MC (A Gedece):
Tu comentario es excelente, Gustavo y coincido mucho en las razones que enumerás. ¿Viste que al final uno concluye que escribe para sí mismo? Más allá de la intención de decir algo, el placer de escribir (hay que llamarlo de alguna manera) es un gran motivador.
MC (A Ricardo Giorno):
¡Ah! ¡Qué empresa te buscaste, Ric! Presentar una posibilidad diferente a la realidad de las cosas que damos por sentadas. Es más complicado que Philip K. Dick dando opciones a: ¿Qué es la realidad?
Pero es muy bueno que tengas esa intención. Justo de eso hablábamos con Xterra en la entrevista que me hicieron los muchachos de Terbi. Es como si muchos escritores de habla hispana dejaran de lado lo científico, la especulación cuando escriben CF. Pero sospecho que los cuentos de CF más recordados serán los que incluyeron especulación científica.
M.C (A Xterra, Silva y José Joaquín):
¡Qué bueno tenerte por acá, amigo! Ya vi el fanzine Terbi. ¡Quedó buenísimo!
¡Bienvenida Silvia! Un gusto que estés aquí.
¡Bienvenido José Joaquín! En verdad tu presencia es imprescindible en algo que tenga relación con la CF en habla hispana. Estamos tratando de dilucidar ¿Para quién escribimos?
José Joaquín Ramos-Editor Alfa Eridiani:
Gracias por la bienvenida. Veo con agrado que hay materia para charlar. Me gustará leeros.
Javier Arnau:
Hola; soy J. Javier Arnau, editor de la revista electrónica de ciencia ficción, fantasía y terror PLANETAS PROHIBIDOS. Recientemente gané, junto con Carlos Sueiro (C. Daminsky) el premio Ignotus 2011 a la mejor obra poética por PARAÍSOS CIBERNÉTICOS (publicado por Edcs. Erídano). He publicado artículos, poesías, relatos y reseñas en Planetas Prohibidos, Alfa Eridiani, NGC 3660, Pulsar, Papirando, Cosmocápsula, Qliphoth, Ediciones Efimeras, Axxon, Red de Ciencia Ficción, miNatura, Sequoyha, Breves no tan breves, Quimicamente Impuro, Título, Miasma, El Parnaso, Que Leer, Club Bizarro, Cyberdark.net, Sedice.com, Albis Off, Manifiesto Parapsipunk etc.
¿Para quién escribimos?... no sé, supongo que alguien nos leerá... al menos los editores que publican nuestros trabajos.
Un saludo a todos.
"Txerra":
Y ahora contesto "para qué escribo".
Comencé a escribir relatos muy tarde (muchos de aquí conocen bien mis inicios). Empecé a escribir por motivación personal. Era algo que me habían propuesto por mis supuestas actitudes y lo tomé como un reto. Y en eso estoy...
MC:
Cierto, como en el dibujo, es una cosa de ser un eterno aprendiz, aunque con el tiempo se saben unos truquitos.
AB (Carlos Morales):
Buenas tardes tengan todos. Soy Carlos Morales, aunque muchos me conocerán más por mi seudónimo abur_chocolat, o Aburcho a secas. He escrito algunas cosas, nada muy importante.
Respecto a la consulta de MC, sobre por qué escribimos..., debiera decir en mi beneficio algo sobre la actitud artística, la creación o el deber del narrador, pero lo cierto es que si escribo es por accidente. Además, si sigo escribiendo es porque hay quien me lo pide. De modo que no suelo plantearme para qué lo hago. En todo caso, es un juego más.
MC a Ab:
Es muy interesante tu respuesta Ab, pero en realidad la pregunta era: ¿Para quién escribimos? O sea, ¿Nos dirigimos a alguien cuando hacemos un cuento? Y si es así ¿A quién?
MC a Javier Arnau:
¡Hola Javi, bienvenido! En tu caso también podría decirse ¿Para quién editas? Ya
no se usa más aquella vieja costumbre de las revistas: el correo de lectores. ¿Te acordás? Ahora pegan más los comentarios al pie.
MC a Silvia:
Bueno, Silvia, vos escribís artículos de cine. Creo que es obvio están dirigidos a amantes de las películas ¿No?
J Arnau:
¡¡¡El correo de los lectores!!!: Buena Idea
Bueno, el caso es que como la revista está alojada en el weblog del mismo nombre, se utilizan los comentarios del blog
¿Para quién edito?; para los autores (escritores e ilustradores), para que tengan un (otro) lugar donde poder mostrar sus obras.
Ab:
Ah, creo que ahora entiendo. Bueno, la respuesta es compleja; intentaré ser lo más honesto posible.
En principio, consideremos que ya escribo; o sea, dejaré de lado los motivos para que me volcara a esto. Generalmente cuando me siento a escribir es por obligación (para cumplir con alguien) o porque se me acaba de ocurrir una idea interesante para explorar. A veces la misma obligación, planteándote un leit motiv, es un detonante para las ideas interesantes. Pero no siempre.
Entonces, cuando "me desato a la creación", digamos, no pienso en nadie en particular. Ni en mí mismo. Mi interés pasa completamente porque esos personajes a los que di origen se desenvuelvan como deba ser. Me aíslo completamente de las consideraciones de otro tipo que no sean las del relato y las que surgen de los personajes, que me urgen a relatarles. Soy como una cámara de tv puesta en un universo prestado, que intenta registrar lo que ahí sucede. Eso es así (o intento que lo sea) hasta que escribo el final.
Haré una breve digresión: no suelo retocar mis cuentos, salvo por errores de tipeo o repeticiones de palabras. Cuando he metido mano, lo he sentido como cierta traición a los personajes que desnudaron su vida por unos momentos, relatándomela exactamente como la tomé en ese instante de la primera escritura. Si retoco el texto, el resultado ya pasa a ser un remedo de aquel instante, por lo que lo evito. Me huele a traición.
Volviendo al punto: cuando termino y repaso, sí suele pasárseme por la cabeza alguien de mis afectos, a quien pudiera tal vez gustarle especialmente el cuento. Y también el sitio donde luego debiera remitirlo para que me lo editen. Y luego, si estoy conforme con el resultado, suelo enviarlo a algunos de mis conocidos (no siempre los mismos), para darles algo de divertimento, si quieren hacer uso.
Entonces, para ser concreto: sospecho que escribo para mis personajes. En segundo término, para quienes me aprecian y les gusta lo que hago. En tercer lugar, y ya que estamos, para todo el que se anime a leer.
Editor Alfa Eridiani:
Hola Abur. Interesante respuesta. Yo empecé a maquetar para mí mismo. Pensando en publicar aquellas historias que más me gustasen. Si aprecian los lectores el resultado, no lo sé. No me llegan muchas cartas de los lectores. Creo que hay cierta pereza en todo este tema. Salvo que sea cierta la teoría que las telecomunicaciones son tan veloces que no es necesario escribir al editor. Algo que sinceramente lamento.
Ricardo Germán Giorno:
Una pena que no corrijas, Abur. O que sólo corrijas errores gramaticales.
Plantéate lo siguiente: Considerá la posibilidad de que la "conexión" a tus personajes es parcial. O sea que no resulta completa desde la primera vez que te es revelada. Corregir y ampliar, entonces, se convierte en un tributo hacia tus personajes, ya que, de no hacerlo, sólo contarías algo parcial de ellos.
Y en realidad es eso lo que pasa. Uno no puede "traducir" de una las historias complejas. Debe recibirlas, macerarlas e ir cocinándolas de a poco.
Quisiera compartir cinco puntos que mi maestro Marcelo di Marco compartió conmigo:
Cinco puntos de partida
1. Para hacerle frente a estos tiempos, nada mejor que darse el lujo de crear.
2. Sólo escribiendo se aprende a escribir. Escribiendo y corrigiendo, hasta que lo escrito nos represente.
3. Quienes rinden culto a la espontaneidad, sin ir más allá de lo que les salga, no irán más allá de lo que les salga.
4. Jamás se deberá intentar escribir de acuerdo con recetas o moldes prefijados. Tal cosa no existe, no tiene nada que ver con la verdadera creación.
5. El acercamiento a la literatura significa un desgarrante acto de felicidad. Si un hombre necesita crear (por desesperación, no por dinero o fama) y logra dominar su estilo para dar forma a sus sueños más escondidos, será un artista singular, único, irrepetible.
MC (a Javier y a José Joaquín):
Eso es lo que motiva a los editores, creo. Mostrar a escritores e ilustradores en una plataforma imaginada por ellos, siguiendo la línea de sus criterios. Gracias por el aporte, Javier.
Cierto, siempre digo que hay poca intercomunicación entre lectores y autores o editores. Lo único que puede tomarse de referencia son los contadores de visitas. Pero estoy seguro que Alfa Eridiani es muy leída.
Javier Arnau:
Bien, además de los contadores, en planetas prohibidos tenemos los comentarios. Es verdad que no suelen ser muy utilizados, tal vez por cierta pereza, como dice Editor Alfa Eridiani
Y los correos, que con los envíos de material, las preguntas por el mismo, y alguna cosa más, pues algo comunican.
MC:
¿Sabés Ric que a mí también me hizo ruido eso de no corregir? Robert Howard decía que sentía a Conan susurrándole al oído y a veces una urgencia de meterse con el personaje pasado cierto tiempo. Como si fuera un cronista en lugar de un inventor de cuentos. Descubrir de donde salen las ideas que tenemos para los argumentos es otro tema que ya estoy apuntando. Yo considero a la corrección el
medio para mejorar la idea primitiva, pero cada cual con su método.
Gracias por los Cinco Puntos Ric, es muy bueno.
Silvia:
Hablando del género fantástico, yo creo que escribo para un espectador adulto promedio, que quiere entretenerse y pasar un buen rato pero que se resiste a ser infantilizado. Escribo para acercarle cosas que se salgan del modelo hollywodiense y pirotécnico dominante. Para que experimente un poco y, en consecuencia, se vuelva menos permeable a la publicidad y más exigente a la hora de ir al cine.
Juan Manuel Valitutti:
Hola, soy Juan Manuel Valitutti. Soy docente y escritor, y me incorporo ahora al grupo. Les dejo, para el que no lo conoce, mi blog:
http://caminante-cronicasdelcaminante.blogspot.com/
Saludos ;-) Y otra cosa: en estos días me voy de vacaciones, así que tal vez no pueda participar mucho, pero prometo ponerme al día.
Escribimos para nosotros mismos, en primer lugar. A mí me gusta ver que un argumento va tomando forma: así de simple. El proceso se completa publicando el cuento (debe publicarse un cuento); de ahí vendrán (o no) otros lectores.
MC a Silvia:
¡Guau! ¡Qué capacidad de síntesis! En dos líneas pusiste una punta de conceptos. Yo hace unos cuantos años ya dejé a un lado la mayoría de las películas de Hollywood, a veces me cuesta comentar cuando leo que una película que a mí me pareció muy poca cosa, los diarios repiten que son obras maestras, y al contrario, encuentro en cine de otros países tramas que me divierten o conmueven según la narración.
MC a Juanma:
¡Hola Juanma, gracias por venir! En realidad yo también estaré pronto de vacaciones, intelectualmente ya las empecé. Por ese motivo hice un stop en el blog Diálogos. De paso les recuerdo a los presentes que mi idea es transcribir esta mesa redonda al blog, a modo de tertulia virtual. Por favor relájense, pongan los pies sobre la mesa y siéntanse como si estuviéramos en un salón especial para consumidores de ciencia ficción y fantasía. El que no desee hablar, no está obligado a hacerlo. Con lo hablado ya me doy una idea sobre a
quién tenemos en mente a la hora de escribir, al menos yo. ¿Qué les parece si saboreamos unas bebidas mientras pensamos algún nuevo tema para hablar? Cualquiera puede proponerlo.
Javier Arnau:
En principio, si no hay algún proyecto por medio, escribo para mí mismo, cosas que me van saliendo, generalmente improvisadas. Suelen ser cosas cortas, pero estilísticamente similares, claro está. Es esta similitud estilística la que hace que a veces (bastantes), varios de esos relatos cortos se puedan "alear" entre sí, dando lugar a algo más largo y complejo. Luego, los mando a ezines, webs, etc, donde ya es criterio del editor (y debo decir que suelen ser publicados).
Evidentemente, si es para una convocatoria, un proyecto personal o compartido, etc, pues ya escribo para lo que se pide y/o necesita.
Y como digo, edito, aparte de por placer personal, de poder estar en contacto con escritores, ilustradores, editores, etc, para dar otra posibilidad de que los trabajos de los autores sean publicados, conocidos, que tengan otro escaparate más donde poder mostrarse.
Editor Alfa Eridiani:
Bienvenido al grupo Juan Manuel. Debo confesar que siempre leo con agrado tus cuentos.
Ab (A Ricardo Giorno):
Entiendo eso perfectamente, Ric. Por eso hablaba yo de un sentimiento, no de una cosa razonada. El cerebro me pide que haga la corrección y el corazón se queja: "Ah, tradittore...". Cuando el cerebro gana, el corazón se calla. Y ya sabemos qué pasa cuando calla el corazón; la cosa queda muerta.
Que una cosa luego te guste solo con el cerebro y no con el corazón, es algo complicado.
Ab (a Editor Alfa Eridiani):
Querido José Joaquín, una de las pocas enseñanzas que mi abuela solía dar es que uno debe hacer lo que se siente llamado a hacer sin pensar en las retribuciones que por tal acto debieran corresponderle.
Sinceramente yo nunca supe muy bien qué quiso decir, pero te la entrego por si de algo te sirviera :-)
Ab a Ric en alusión a los Cinco Puntos…:
Muy interesante, y estoy completamente de acuerdo con el punto siguiente:
> 3. Quienes rinden culto a la espontaneidad, sin ir más allá de lo que les salga, no irán más allá de lo que les salga.
Ahí me siento plenamente identificado. Evidentemente, yo no soy un escritor y está bien que no lo sea :-)
ps. Atención: no pretendo de ningún modo hacer escuela con esto, ¿de acuerdo? Antes de que la racionalización laboral complicara todo, cada cazador se fabricaba sus propias armas para la cacería.
Ricardo Germán Giorno:
Che, bolud... esteeee, Aburchín, yo no escribí pensando que vos querías hacer escuela. Lo que escribí lo escribí desde mi lugar de lector, y la fascinación que me producen tus textos. Por eso, desde mi lugar de lector, me da mucha, muchísima bronca que no dejes crecer tus textos.
Y dejémonos de romper las pelotas de una vez por todas: vos sos flor de escritor. Sobre todo de CF.
MC:
¡Ya! Entonces yo no soy dibujante ¡Já! ¡Já! Si hay algo que estoy asumiendo en estos últimos años es el tema de "El punto de vista" del observador y lo observado. Hay temas, y desde ya ni pienso tocarlos acá, como la política y las creencias sobre la existencia, a las que nunca llegamos a esclarecer por más tiempo y énfasis que le dediquemos al asunto. No hay forma. Yo, por ejemplo, no estoy seguro de poder defender mis convicciones actuales dentro de un año. Para no ser misterioso les cuento. Acá, entre amigos, que después de ser educado en el catolicismo, exploré un poquín de budismo, uno que otro credo... Hoy, por más esfuerzo que haga no puedo creer en esas cosas. Me encantaría sentirme a gusto con algo benefactor, un cielo y un infierno, una vida en el más allá onda Shangri-lá. Pero dudó. Un poco la culpa la tuvieron el terremoto de Haití, el tsunami de indonesia y el de Japón, cuando miles de personas dejaron de existir en un pestañeo. No le encontré juicio ni karma ni nada. Tampoco en eso de todo vuelve cuando una bomba nuclear cayó en una ciudad. ¿Por qué cuento esto? Pues lo mejor que tenemos los grupos es la cualidad de querer al otro como es, no importa que piense al contrario que yo, todo sirve para aprender. Hoy es un tiempo en que algunas personas se pelean por tener distintos puntos de vista. Eso es normal y lo más común. Una vez, más de una vez, Ric Giorno me comentó unos cuentos y me sirvió muchísimo porque había sintonía. Otros amigos también lo han hecho, pero algunos consejos no los consideré adecuados. Y a la vez entiendo al Aburcho un montón, porque tengo mis métodos, más en el terreno del dibujo. Muchas veces me picó el bichito de enseñar dibujo, pero sé que debo seguir los programas tradicionales porque mi método es muy instintivo y medio caótico. Gasto gomas y lápices a lo loco, tiró líneas sin sentido, bue, es medio complicado de contar. Quiero decir que cada uno tiene su método y lo más importante, lo único importante es el resultado.
Ahora, con esto de corregir o no corregir, me surge una pregunta que siempre quiero hacer. Los talleres literarios ¿Qué beneficio aportan? ¿Tienen algún aspecto negativo para el escritor? ¿Cuanto tiempo es recomendable participar en uno? ¿Por siempre?
Continuará…
Charlas entre dos personas, separadas por grandes espacios geográficos o temporales, pero unidos por aficiones comunes. No hay aquí elitismo o diferenciación entre los participantes, sólo igualdad y libertad de expresión. Puede ser un lector de Isaac Asimov, un admirador de Frank Frazetta, un coleccionista de obras de Robin Wood o analizadores del Eternauta. Son coloquios, a veces con opiniones coincidentes, a veces con discrepancias, en el Planeta Tierra. - M. C. Carper
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