martes, 11 de febrero de 2014

Nueva visita de Felipe Ricardo Ávila






















Hola Felipe, la verdad uso como excusa haber leído aquellos tres números de Cine Portátil que obtuve en la reunión que compartimos el fin de año pasado para invitarte de nuevo acá. Me gusta mucho conversar sobre historietas con vos y saber un poco en que estás trabajando actualmente. ¿Qué historietas estás leyendo en estos días?



En estos días estuve releyendo el primer libro de Nippur, observando la rápida evolución tanto del personaje como de los autores, es decir: Robin Wood comienza “con todo” el primer episodio y -cual maratonista- mantiene todo el tiempo un buen paso, con algunas genialidades salpicando cada tanto. Y Lucho Olivera, comienza lógicamente “buscando” al personaje y a los pocos capítulos ya Nippur tiene esos rasgos, esa mirada nostálgica, dolorida y seria pero sin enojos - ¿te fijaste eso?- esa mirada que yo insisto le debe haber terminado de dar al propio Robin la idea completa de cómo sería el carácter interno del personaje que estaban gestando. Porque fíjate como aún riendo, gritando, alegre o triste, el personaje que es Nippur te cuenta desde su mirada toda su pena (dibujado por Lucho, se entiende, no por los otros excelentes dibujantes de la serie que lógicamente deben tener en cuenta esos rasgos.) Ese rostro que Lucho logra te cuenta al mirarlo toda su pena infinita: allí en esos trazos está dicho tácitamente el drama del sumerio: el destierro. Porque Nippur es un exiliado político, al fin y al cabo.



Le compro a mi hijo lo que sale y a veces lo leo de prestado, como lo que están sacando ahora de DC. Pero no me termino de “enganchar”, son ediciones muy cuidadas, desde el diseño, la impresión, la presentación, el color, etc, son impecables. Pero no me puedo sostener leyendo esas historias de superhéroes…tal vez sea por eso que últimamente estoy releyendo clásicos. Qué se yo, no digo que sean mejores, sólo que me dan todavía un gran placer al leerlos. Y me gusta analizarlos a fondo. Eso pasó con Nippur y me pasa con otro que estuve releyendo: el Eternauta segunda parte, el de Oesterheld y Solano, el Eternauta que creo fue injustamente dejado en el lugar hasta del desprecio. Más adelante si querés te cuento como el hecho simple de releerlo me abrió varios interrogantes y alguna certeza…



¿Estás atento a las nuevas ediciones que se publican por el mundo? ¿Te interesa descubrir nuevos autores y nuevas historietas?



Me interesa siempre leer historietas, lamentablemente uno cuenta con poco tiempo para poder leerlas como uno quisiera, esto es: disfrutándolas, en un sitio cómodo, tal vez con una buena bebida cerca y mucha tranquilidad…¡y tiempo!. Mi amigo Marcelo Piñeiro siempre dice que la mejor compañía para leer una buena historieta-y tal vez volver espiritualmente a esa placidez de la niñez, cuando las descubríamos) es acompañarlas con un buen sandwiche en pan de Viena, un “pebete” de salame queso y – Marcelo cual gourmet de barrio agrega) “untando el pan con un poco de manteca”.



Estoy abierto todavía al asombro de conocer nuevos autores y personajes, pero como te decía, me gustaría dedicarles el tiempo que seguramente se merecen ellos ya que como autores que son, al crear, si algo estoy seguro que ponen sobre la hoja es dedicación, sudor, ganas, trabajo y tiempo. Me parecería bueno que alguna vez el lector –y yo lo soy también casi siempre- comprendiera que tras una obra hay trabajo y tiempo. El lector de historietas muchas veces pasa las hojas -ya sean impresas en papel o digitalmente- a velocidades de lectura de libro de texto. Hay que ser muy especial para desde el dibujo tirarle “un ancla” a la atención del lector. Un “parate un poco a verme bien esto que hice”,jeje, sin caer en unas ilustraciones haroldfosterianas que nos lleven a perder el hijo de la trama, de la narración, al tener que estar horas observándolas.





¿Qué opinás de la gente que se autoedita? Hoy son muchísimos.



Todos pasamos por eso pero lo bueno sería que hubiera editoriales que llenaran mensualmente los kioskos de todo el país y países vecinos, como pasaba antes. Si revistas de chimentos tiran miles de ejemplares semanales, eso quiere decir que no es un problema de falta de dinero en la gente, ya que aunque no tengamos un mango si nos interesa lo conseguimos y compramos.

Esas revistas “de espectáculos” ¿por qué venden? Porque traen supuestamente lo que el público busca. A veces se intentan revistas que apuntan a un público de elite, y eso no sería lo deseable.

Entonces-siguiendo esta línea de razonamiento, si fuese válida, lo que habría que hacer es:

1)      Producir un producto “revista de historieta” que sea interesante.

2)      Para ello debe ser autosustentable, que no de pérdidas de entrada y que el dinero puesto por quien sea lo solvente. Tal vez los diarios tendrían que aceptar una apuesta masiva, cada diario con su revistita semanal no es un imposible ni fáctico en cuanto realización ni en costos y menos en distribución porque iría-como pasa con Fierro- junto al diario.

3)      En cuanto temáticas debería abarcar un público que busca y hoy no encuentra “aventura” y distracción. Esto básicamente sería: que cada historieta CUENTE UNA HISTORIA CONCRETA.

4)      Si hablamos de estilos, hay diversos hoy día, están los jóvenes y sus búsquedas constantes dentro de una gama amplia y están los clásicos. Yo no dejaría afuera a ninguno por estilo.

5)      Pero eso sí, habría que evitar hacer una revista de humor o con chistes. Lo que uno busca es historieta, no una serie de gags más o menos humorísticos, y eso sin detrimento que en mis gustos personales entren trabajos de tipos como Gustavo Salas o Parés. Estoy hablando de otra cosa, a ver si me puedo explicar mejor: NO QUIERO HISTORIETAS HUMORISTICAS  EN LAS REVISTAS DE HISTORIETAS, NI LAS DE VOGT SIQUIERA, QUIERO DRAMA, TRAGEDIA, DENUNCIA SOCIAL, MISTERIO, POLICIAL, CIENCIA FICCIÓN, FANTASÍA, HISTORIETA HISTÓRICA, GAUCHESCA, HASTA ROMANTICA, MIRÁ LO QUE TE DIGO, PERO AVENTURA, QUE A LOS PERSONAJES LES PASEN COSAS.

A mí me gustan mucho las historietas humorísticas de Ángel Mosquito, por ejemplo, pero cuando lo leo en la Fierro haciendo esa saga de los que sobrevivieron…no me puedo creer el drama que cuenta, porque –y lo digo con real respeto- el dibujo no lo acompaña. Estuve hablando de esto con un  par de amigos y guardo los nombres porque tal vez no lo quieran hacer público, pero yo no tengo problemas en decir lo que pienso, porque lo digo lealmente y sin menospreciar a ningún autor o dibujante.

Mosquito es muy buen historietista, Conurbania tiene diálogos excelentes y el perrito me mata, pero puesto a hacer algo que en trama y densidad emotiva sería asimilable a un Walking Dead o al Eternauta (exagero, pero es para el ejemplo) ahí, no me lo creo. Y cuando uno lee DEBE CREERSE POR ESE INSTANTE LO QUE LEE, es el pacto tácito entre autor y lector, aunque lo que uno lea sepa que anda por el terreno de la fantasía. Que nadie se ofenda, por favor.


Mucho he oído y mucho se ha dicho de los maltratos a los dibujantes y guionistas por partes de las editoriales. Es como una relación amor/odio con iconos de la cultura historietistica como Columba o Record. Hay quienes rescatan en su memoria solo lo bueno. José Hernández decía que olvidar lo malo es tener buena memoria. En mi caso he tenido relaciones de diferentes tipos con los editores que me tocaron. Con todo esto ¿Pensás que vale la pena la vuelta de Editoriales de historietas aunque exista cierta explotación a los laburantes del lápiz?



Que vuelvan, sí. Que nos exploten, a esta altura del siglo XXI dependerá de cada uno y sobre todo de si vamos solos o si atrás hay convenios, sindicatos, agrupaciones, etc. Eso nunca se pudo conseguir en forma duradera, y así les fue. Y entonces cada editor pudo ser “ángel o demonio” y según cuentan, muchas veces más un “negrero” que un…“Espartaco”.



Sabés, eso de laburante del lápiz está quedando obsoleto. Hay cantidad de amigos que trabajan directamente sobre la tableta gráfica. Sin tinta ni gomas de borrar. Muchos también se apoyan en fotografías para armar sus viñetas ¿Qué opinás sobre esto?



Me parece extraordinario, recontra bueno, muy positivo lo que decís. Es como si te preguntara: ¿querés dibujar con un lápiz berreta y encima duro, un “H”, o te doy el mejor HB de Caran D´Ache? ¿Querés usar un pincel de pelos que se salen a la primera vez o te animarías a usar un Windsor & Newton? Porque-y eso lo creo desde los inicios de mi formación historietística (allá por el año 1979 con Leandro Sesarego, Enrique Cristóbal y Cilencio), que con mejores herramientas trabajás mejor pero siempre tenés que saber el qué querés expresar, qué cosas, y tenés que conocer técnicas narrativas propias de la historieta. Que son tantas y tan originales, tan propias de este género literario pleno de imágenes visuales (y también imágenes sonoras, que ahí andan tan saludables como desde su creación, las Onomatopeyas).



Hay herramientas como el photoshop o el Manga Studio que cada día son usadas más y más en la ilustración. Te confieso que es muy tentador valerse de pinceles con formas, texturas y filtros. El resultado es impresionante pero no hay dibujo en eso sino ingenio en el uso del programa. ¿Ves esta costumbre como una amenaza para el fomento de nuevos dibujantes que dibujen de verdad?



Mirá esto me parece que es como la comida: podés comer bien, algo sabroso que compres en el comercio más cercano. O podés cocinarlo vos con una receta casera y en tu casa. Uno no va a comer mejor porque sea casera o comprada sino por cómo esté realizada, como esté hecha la comida. Esto es igual. Podés tener todos los programas y hacer algo extraordinario o algo mediocre. Hoy pienso: ¿qué habrían hecho Alberto Breccia o Lucho Olivera de haber nacido en estos tiempos y poder contar con las posibilidades de collages, por ejemplo, que le dan los programas actuales? Vos decís bien: no hay dibujo en eso. Hay diseño. Porque antes hubo que pensar en qué se quería decir y en el cómo hacerlo. En las formas, las texturas en todo, hasta en qué tipografía utilizar. Eso los historietistas clásicos ni lo pensaban, porque tenían uno o dos letristas atrás y “era un problema de ellos, que se arreglen” seguro me diría más de uno si le preguntara. En fin, hoy hay Diseño…de historietas. Y hay que decir también que los grandes historietistas siempre “diseñaron” sus páginas.



He leído comentarios de algunos seguidores de historieta e incluso de colegas que consideran al estilo de los guionistas de Columba o Record hoy es algo obsoleto. Que las estructuras de esos argumentos son previsibles y desaprovecha las herramientas narrativas que ya se mostraron en otras obras del noveno arte. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?



Uh, no lo pensé nunca…pero ahora que lo decís lo asimilo con otras artes anteriores…por ejemplo con el cine. Y todo arte evoluciona, ya no se cuentan, no se narran filmes como se hacía hace 50 o 60 años. Sin embargo, siempre se puede seguir un estilo, digamos…”viejo” o pasado de moda, y conseguir grandes obras, pienso en el filme en BN que el año anterior ganó el Oscar con una estética y narrativa-incluso fue hecha como película muda- propia del cine de los inicios. Ahora centrémonos en el llamado guión, y en su estructura supuestamente previsible. Cuando se narra vos estás en condiciones de contar como se te ocurra, podés fragmentar el relato, contarlo mezclado, de adelante para atrás, meter flashbacks, recuerdos, imágenes o anuncios de lo que vendrá, algún deja-vouz de los personajes…lo que quieras. Pero volvamos a lo dicho antes: hay que contar una historia, algo. Y en Columba y en Record hubo grandísimas historias, memorables. Y no siempre eran “lineales”. Pienso en algunos guiones de Mandrini o de Jorge Morhain, pienso en “el tornillo en la eternidad” un unitario fantástico por como está narrado con simpleza y fantasía. Pienso en los episodios de Precinto 56 con un narrador en off que entremezcla las dudas y obsesiones del personaje con textos de canciones de Serrat, mientras la imagen muestra otra cosa, lo que buscaba y lograba allí Zapietro era un metalenguaje y para ello usaba un despliegue de recursos más propios del cine que de la historieta común. ¿Eso es o sería viejo? Pienso también en Oesterheld contando al modo de una novela-por la profusión de datos y situaciones- una historia de aventuras, Kabul por ejemplo, donde todos los elementos interactuantes llevan al personaje a ser testigo-sino partícipe- de una tragedia, que se desencadena en el final, “siempre la muerte como gran protagonista” decía HGO…¿eso sería vetusto? Y pienso en Robin Wood narrando como sólo él sabe, como un guión-río, donde no hay vueltas atrás en el relato, donde todo transcurre del inicio al fin. Esto lo analicé mucho en un estudio sobre Nippur que publiqué en el N°1 de Rebrote en papel, y que al propio Robin le gustó. Pero es cierto, Robin hace un guión que fluye como un río, hasta terminar alejando las aguas del climax, de la situación dramática. Podés tomar cualquiera: episodios de Nippur, de Dago, de Savarese, de Mark, lo que se te ocurra. En los últimos años Robin ha cambiado en algo, es más conciso, mete menos horizontales o aclaratorios. Es estilo, en definitiva, todo vale mientras se cuente algo interesante. Por eso te mencioné ejemplos de J.C. Morhain, de Eugenio Zapietro (Ray Collins), de Oesterheld y de Robin Wood a propósito. Todos ellos son grandes contadores de historias, y nunca “previsibles”, me parece.



Una de las iniciativas más significativas para rescatar, y yo agregaría reivindicar una parte de la historia de la historieta argentina es el Grupo Woodiana. Ustedes están digitalizando ordenadamente todo lo que se ha publicado. ¿Cómo hacen eso? ¿Cuánta gente está involucrada? ¿No hay fines de lucro?



Sí. El grupo es lo que es, sin exagerar tampoco, y tiene muchos integrantes que sólo bajan y leen el material que otros pocos escanean. El grupo Woodiana es una alegría en internet, pero está lleno como el país de personas de toda catadura moral. Mientras unos trabajan a destajo para compartir, otros en secreto copian CDs y luego los tratan de vender. Personas despreciables, mediocres sin ética ni ideas propias. Pero por supuesto hay que volver a decir que nosotros no lucramos. Woodiana es una construcción colectiva pero primero es una buena idea de Javier Rago (Rolkiem) y hay una docena de personas escaneando constantemente. Ese trabajo producido así, es mucho material que se pone en su gran mayoría a disposición de todo el grupo, mientras otra parte –incluso muchas veces digitalizada a mayor definición- está en cuentas reservadas sólo para los escaneadores y consta de material que por ahora no se puede difundir masivamente ya sea por pedido expreso de un autor o porque sabemos que no se puede masificar su divulgación ya que autores como Oesterheld por ejemplo, son absolutamente potenciales reeditables, por decirlo así. Ese material digamos en reserva está a disposición de autores o herederos para posibles republicaciones. Es decir: trabajamos para la memoria. La Memoria Popular.

Los escaneadores son gente común como vos o yo, que ama la historieta, que escanea primero para ellos por gusto, y luego para poner a disposición del grupo en Yahoo, además de algunas cosas que son guardadas para “más adelante”, como te decía.

Al final cuando estás colaborando en un grupo así uno trata de poner las energías en cosas que cree relevantes: recuperar trabajos perdidos, restaurarlos, organizar eventos de historieta, homenajear en vida a los autores, etc.


La reunión Woodiana del año 2013 fue un éxito de asistencia y organización. ¿Hay posibilidad de que se repita esa experiencia?



Yo creía eso posible y además necesario porque algunos autores no pudieron estar en esa ocasión y hubo muchos integrantes de Woodiana que expresaron que a la próxima vendrían y…porque además algunos autores ya están ancianos y lamentaríamos mucho que se fueran sin recibir el cálido abrazo que los asistentes a una reunión así les daríamos. ¡Cuánta buena onda, cuánta alegría generó esa reunión!

Pero hoy no te puedo asegurar eso, estoy un poco cansado de proponer cosas, que me digan que sí, y que luego se pospongan a la eternidad simplemente por la inercia de “no hacer”. ¿Se me entiende? No digo que a los amigos que manejan el grupo no les interese hacer algo como una nueva reunión, sino que es más fácil no hacer nada. Y que esto no se lea como una crítica a una persona determinada, sino como la sensación que tengo del grupo. Eso de “¡¡vamos, sí, vamos a hacer!!” y después si uno o dos o a lo sumo tres-de un grupo de miles- no nos movemos, no pasa nada.


Hablemos de Cine Portátil. Te admiro como divulgador. ¡Cuando leí las preguntas que le hicieron a Jorge Morhain me resultaron cien veces más interesantes que las que yo le hice, je, je! Además te acompañaban otros eruditos como Marcelo Piñeiro o Rolkiem ¿Cuál es tu motivación para todo este trabajo?



La motivación es recuperar la voz, la cara, la identidad de esos autores anónimos que hacen o hacían historietas. Darles entidad. Y la motivación es también una urgencia, porque muchos de ellos están grandes, se mueren y entonces se pierde para siempre su realidad, al menos para el público masivo. ¿Cómo era la voz de Héctor Oesterheld, por ejemplo? ¿Cómo era al hablar, al decir algo a un interlocutor? Hoy se ha recuperado esto, pero hasta hace unos años era una incógnita. Valoro a “Master Comics” de César Vidal, tanto como al “Continuará” de Juan Sasturain precisamente porque trabajan para la Memoria Popular y nos muestran tanto a los autores (repito, esos seres anónimos aunque figurara su nombre a veces) como  a la “cocina” de su trabajo, el cómo se hizo.



Muchos de los grandes nombres de la Historieta  están desapareciendo. Es lógico pero penoso. Se extrañan mucho. ¿Ves el futuro de la historieta argentina falto de nombres de esa talla? Sé que nadie en el mundo es reemplazable, pero por lo menos nuevos valores que ocupen nuestro interés en leerlos o admirarlos.



Siempre surgen nuevos valores aunque para dar la talla de tantos de esos que se nos están muriendo de ancianos, les falta mucho. Pero es cierto el dicho: la Argentina le da siempre al mundo cientos de futbolistas e historietistas. Hay jóvenes valores que llegarán a ser si Dios quiere mucho más importantes aún en la medida que puedan seguir produciendo, publicando, es decir: ganando experiencia. El mercado europeo o el yanky siguen existiendo pero nos falta acá…en el país se generaba una legión de autores cada generación. Hoy esas usinas de autores no existen. Y hay que trabajar para difundir la obra por Internet o autoeditarse. O convencer a un editor de que apueste por uno.



¡Participaste en “La Vuelta de Obligado” de José Massaroli! ¿Qué podés contar sobre esa experiencia?



Bueno, ¡que convencimos a uno!,jaja.


Recuerdo que nos encontramos en la presentación de “El Facón de Almanegra” y la reunión De fin de año. Esas reuniones son muy entretenidas y enriquecedoras. Ahora, no hay un grupo oficial organizado. Me podés hablar de la ADA o incluso de Woodiana, pero no siempre están nuestros amigos. Claro que es un universo muy amplio de dibujantes. Pero ¿Es posible organizar un grupo de historietistas? ¿Los egos son un inconveniente?



Los egos son siempre un inconveniente para poder reunirse porque en el grupo suele haber una tendencia a la disolución de la individualidad. Además pasa otra cosa: ahora mismo estamos comunicándonos por Internet, por correos electrónicos, por Facebook, etc. Todos medios virtuales, no tangibles en el sentido antiguo de poder tocarlos. Y como medio virtual, pareciera proclive a mostrar “personalidades virtuales”. Amplio luego si querés esta idea.


Cuando hablo con colegas sobre cuáles son las preferencias actuales de las editoriales me dicen que el hiperrealismo es muy valorado. Una vez hablamos de los “errores” que identifican al dibujante y le dan esa calidez del trabajo hecho a pulmón. Cosa que comparto. Para mí, el problema con el hiperrealismo está en el problema de diferenciar un dibujante de otro. Más aún si usan herramientas de programas digitales que tienen la misma solución para una iluminación o una textura. Desde luego los programas se están perfeccionando cada día para imitar la naturaleza. Es el tema de los programas 3D. Yo soy de pensar que cuando normalizas algo, cuando todos hacemos todo del mismo modo, se pierde el autor. Algo parecido me pasa con el manga, que al contrario que a vos a mí me gusta. Sin embargo para hacer manga tenés un montón de cosas que respetar para estar dentro de ese estilo y eso reduce la libertad. Yo experimenté por pedido de editoriales como es “dibujar como otro dibujante”. Si te gusta el dibujante todo bien, pero lo contrario es… ¿Qué pensás sobre los estilos personales de los dibujantes? ¿Preferís que muchos dibujen parecido? ¿Qué todos dibujen diferente? ¿O que haya de todo esto combinado?



Es una pregunta compleja ¡son muchas preguntas  a la vez! Espero poder responderte a la altura de las preguntas. Veamos… Es cierto lo que decías más arriba, Solano López no dibujaba perfecto pero era uno de los mejores dibujantes porque su estilo era cálido, cercano…Yo tomé muchas cosas de él, mirando sus historietas, cuando empezaba, como hacemos todos. El artista nunca se entera de lo copiado-y admirado- que es su trabajo.

Luego dibujar como otro por obligación es siempre malo. Lo rescatable es que te da “oficio”, te curte, te prepara tal vez para otras cosas mayores y uno espera que mejores.

Sobre los distintos estilos…el estilo es un amaneramiento, una especie de simplificación por la que determinado artista se expresa de un modo y no de muchos otros posibles. Yo, salvando las distancias enoooormes, sigo a los Breccia en eso de variar. Sería lo contrario al estilo: trato de interpretar cada historieta según lo que el texto me pida. Esto tal vez más que de los Breccia lo traigo del Diseño Gráfico, vos sabés que lo soy desde hace mucho, llevo casi 25 años en esto. La carrera te plantea dos caminos: o tratas de ser como la moda indica -cosa que a veces no podés evitar en algunos aspectos- o buscás la propia imagen que te surja del pedido hecho por el cliente. Y por lo que el mismo producto te dice. Así, para lograr el mensaje comunicacional, nunca –por ejemplo- un cartel que indique “venta de verduras” podría ser idéntico a uno que indique el nombre de la calle o plaza. Por ejemplo. Es decir: cada “pieza gráfica” te dicta más o menos (si estás entrenado, si tenés ganas de proceder así en vez del facilismo de la moda y si tenés oído para escuchar),decía que cada pieza gráfica “te dicta” como graficarla, como deberías expresarla. La historieta es igual para mí. Una historieta para niños la voy a tratar distinto que una de terror gótico y para adultos. Para ello podrías usar-siempre en el terreno de las hipótesis- mucha más tinta negra, pinceles o improntas de telas embebidas de tinta que el uso del color y una línea clara si es para niños. De cualquier modo siempre hay que respetar al cliente /  editor / guionista / destinatario. Si te piden algo específico…hay que tratar de hacer eso, me parece.


Por último ¿Tenés algún sueño relacionado con la historieta que te gustaría ver realizado?



Sí, sueño siempre que vamos, que podemos ir de nuevo los kioskos y ver que existen nuevas y muchas revistas de historietas. Eso podría ser o una pesadilla ante la inexistencia de ellas al despertar o un bello sueño, por esperanzador. Me quedaría con esto, es en realidad un deseo… ¡y que se cumpla!

 

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