domingo, 3 de abril de 2011

Isabel Ali - Escritora





Invitada de Hoy: Isabel Ali


Hola ¿Quién eres? Preséntate con tus palabras, por favor.


Pues, hola. La pregunta es por demás complicada de responder... Sería más sencillo responder ¿cómo eres?, ¿qué eres? Pero, ¿quién eres? la establece a una como individuo indivisible; como una yoidad frente al otro que, sin el otro, es imposible de definir. Sé que quizás es un poco difícil de comprender, MC, pero algunas personas somos como fractales, tenemos muchas facetas que no suelen reaccionar o moverse en bloque. Intentando simplificar el asunto, podría decirte que soy el cúmulo de las que he sido y la simiente de las que serán. Una Isabel Ali que va repujándose, quebrándose y rehaciéndose a cada momento. Una mujer con código propio que se resiste a la quietud buscando fluir con el universo, creando y transformando, sintiéndome responsable de las partes y, por lo tanto, del todo.
Metafóricamente... Soy un fueguito. Fueguito diminuto que huyó de la hoguera del gran fuego. Capaz, que si trabajo mucho y me porto bien… un día me dejen volver.

Entiendo. ¿Y cuando sentiste el impulso de escribir?

Desde siempre. El impulso de escribir es, para mí, un reflejo no condicionado. No pienso en hacerlo ni en no hacerlo de la misma forma en que no puedo pensar en respirar o no respirar. Para mí escribir es algo natural, inherente a mi ser.

¿O sea que estás escribiendo todo el tiempo? ¿Tenés una rutina de escritura diaria?

Sí. Todo el tiempo. Cuando no es sobre el papel, es en la mente, en el estómago, en la mirada. Si no tengo a mano algo donde escribir, memorizo las frases repitiéndolas para no olvidarlas.
Tengo dos rutinas, ja.
La primera es un proceso. Son historias que se van formando dentro de mí. Nacen de algún estímulo casual y comienzan a armarse muchas veces sin que me dé cuenta. Son historias sin palabras al principio. Por ahí aparece alguna frase totalmente armada, cuando eso ocurre corro a escribirla en un papelito o en el celular, o en lo que tenga a mano. El proceso interno puede durar media hora o tres semanas, no hay un tiempo determinado. Siento que el cuerpo se pone en tensión y que la mente se abstrae poco a poco. De pronto ocurre. La historia sale entera, sola, como si siempre hubiese estado allí. Como si no me perteneciera. Generalmente el parto es nocturno. Cuando ocurre, nada más existe. No escucho, no veo, no siento. Los objetos que me rodean, los sonidos de la casa desaparecen. Dejo de ser yo y me convierto en la que escribe.
La segunda es pura perseverancia. Me ubico frente al teclado y busco un estímulo, lo provoco. Y escribo. Las historias concebidas de esta forma tienen la característica de ser breves, o muy largas. A las breves las termino ahí mismo, porque son pantallazos. A las muy largas... ay, algunas me llevan años. Son las que todavía tengo sin terminar, sin final, o sin algo. Ese “sin” es el punto en cuestión. Cuando ese “sin” aparece logro concretarlas.
Para mí no hay hoja en blanco. Aún cuando no se me ocurre nada, me siento frente al teclado con un documento abierto. Me abstraigo con un sudoku o algún otro juego, hasta que alguna idea estalla. Y si no aparece el estallido, será porque es día destinado a corregir. Pero no paso un día sin ocuparme de escribir.

¿Qué temas te gusta abordar en tus cuentos?

Voy probando. No sé cómo se identifica lo que escribo: realismo, realismo fantástico, realismo psicológico, realismo social… Me gusta la vida real, el mundo que me rodea con sus maravillas y sus bajezas, las emociones y pasiones humanas contenidas. Las fotografías del alrededor. De vez en cuando me doy el lujo de inventar algún personaje de fantasía, pero generalmente mis personajes son tan reales que podrías encontrarlos en el supermercado o en la parada del colectivo.

Sí, vi que escribís sobre los instintos, pasiones y también bajezas humanas ¿Por qué te interesó el taller de Forjadores que tiene una tendencia marcada para la temática fantástica?

Llegué a Forjadores invitada por Néstor Figueiras. Recuerdo que su propuesta decía: “es un grupo formado por buena gente”. Eso me atrajo. Eso me atrae al día de hoy: la buena gente. Forjadores tiene una tendencia marcada hacia la temática fantástica, como bien dices. Pero también es cierto que las consignas de trabajo versan sobre técnicas aplicables a cualquier género. Y me gusta estar entre buena gente, por eso sigo apostando a Forjadores.

¿Cuál es tu aspiración? ¿Fama?

Aunque todo ser humano tiene escondido un Narciso y cohabita con su Ego, no es el ansia de fama lo que me motiva. Me motiva mi propio dharma. Cada quien tiene una misión en esta vida, una razón de vivir, un ideal por el cual podría ser capaz de morir. De la pregunta “¿si tuvieras veinte millones de euros, dos mansiones, todo el tiempo y la salud necesarios para disfrutarlos y al amor de tu vida a tu lado, seguirías haciendo lo que haces?” surge la respuesta a si eso que haces es tu dharma, tu misión en la vida. Si yo tuviera todo eso y más, seguiría escribiendo como lo hago, seguiría aprendiendo a escribir, porque ese es mi dharma, mi misión en la vida. Eso es lo que me motiva.

Bien. Disculpá mi escepticismo. Es poético creer que tenemos una misión y obvio, debe ser tu naturaleza, tu visión de la vida. Sin embargo soy de pensar que escribimos por catarsis y para comunicarnos. A la vez lo podemos considerar una misión y entretener a los posibles lectores. ¿Te pasa esto también?

No es poético. Es filosófico, MC. Es mi filosofía de vida. Una misión no es tan solo cumplir un propósito determinado. El concepto de misión del cual yo te estoy hablando es mucho más grande. Implica alcanzar un estado de armonía basado en la buena utilización y en el perfeccionamiento de los talentos que nos han sido dados. Y esto se aplica al carpintero, a comerciante, a la docente, a cada quien haya encontrado lo que verdaderamente es su vocación.
En mi caso, no uso la escritura para comunicarme. Me comunico corporalmente, oralmente y también a veces escribiendo (sobre todo con aquellos con quienes la distancia me impide otras formas). ¿Qué puedo comunicarle a alguien que no conozco y vive en otra punta del mundo? Personalmente no tengo mucho para decirle. La comunicación tiene que ver con nuestras relaciones. Y para eso no necesito los cuentos de ficción.
Tampoco aplico la catarsis en mi escritura, no traslado allí mis conflictos. Tengo otras maneras de resolverlos. No juzgo a quienes lo hacen. Cada quien tiene sus razones y yo no las menosprecio. Pero esas no son las mías. Son pocos mis textos autobiográficos. Mis personajes no se parecen a mí, procuro darles vida propia, procuro incluso no tomar partido en una historia, no forzarla hacia donde me gustaría que vaya, sino dejar que fluya hacia donde debe ir.
Entretener es un buen propósito, una añadidura a lo que te explicaba antes, pero no es la meta final. Si solo escribiese por entretener, escribiría lo que a la gente la mantiene entretenida. Y nunca pienso en eso al momento de ponerme de escribir.

¿Qué es lo que te hace juzgar si un relato es bueno o malo?

¿Un relato propio? Sé que es bueno cuando, al acabar de leerlo, me pregunto si de verdad lo escribí yo, jaja. Aunque pensándolo bien no sé si es bueno o malo... lo que sé es que es lo mejor que pude dar.
¿Uno ajeno? Es muy subjetiva la calificación de bueno-malo. Pero desde mi subjetividad, siento que un relato es bueno cuando me deja llena, cuando me planta en el cuerpo y en las emociones una sensación de plenitud, de satisfacción, o una duda, una astilla. Es lo básico creo.

Preguntarse si en verdad lo escribió uno me pasa a mi también, je , je. ¿Estás de acuerdo con los filtros de edición? ¿Quién debería realizarlos?

Hay diferentes filtros. Con los que tienen que ver con temática y calidad, sí, estoy de acuerdo. Creo que si editas una revista o un libro estás poniendo tu nombre a la par del nombre del autor. De alguna manera estás casándote con él y uno no se casa con cualquiera. Las líneas editoriales tienen mínimos requisitos inamovibles y están en su derecho a tenerlos. Es tan simple como que el autor que no acuerda con esos requisitos, busque otro candidato para casarse, una editorial acorde con sus ideas.
Con los que tienen que ver con “cuán famoso eres”, no. Ya sé que eso puede sonar a sangre por la herida. Y también sé que una editorial no es una casa de beneficencia, sino un negocio, un comercio, que depende de sus ventas para subsistir. Así se prioriza lo vendible, aunque lo vendible sea la historia íntima mal escrita de un personaje famoso. Pero, ¿qué es justo y qué es injusto, MC? Con mi acuerdo o sin él, con justicia o sin ella, las cosas son así.

Cierto ¿Qué es justo y qué es injusto? Sabes, hace unos años, estaba en una Tertulia de Ciencia Ficción. Había mucha gente conocida: Ric Giorno, Carletti, Sergio Gaut vel Hartman, Ale Alonso. Frente a mí estaba un flaco, joven y no voy a descubrir acá quién era porque nunca más lo vi y no sé si le molestará ser mencionado. Resulta que alguien habló sobre la calidad de un relato, de la sintaxis y el argumento. Esta persona que te digo, levantó la mano y dijo: ¿Quién puede juzgar eso? ¿Quién tiene la autoridad para separar lo bueno de lo malo cuando es algo totalmente arbitrario? Dijo más, pero esas palabras me quedaron sonando mucho tiempo. A Cortázar le criticaban por inventar palabras y yo suelo citar una frase suya: “Insiste en tus errores y encontrarás tu estilo”. ¿Crees que el escritor debe buscar esa libertad de expresarse o mantenerse con las estructuras que ya tuvieron buena aceptación?

Creo que hay que aprender a diferenciar estilo de capricho. Una vez que esa diferencia está establecida, hay que apostar por el estilo propio. Para romper reglas hay que conocer las reglas al dedillo. Cortázar fue un genio en eso. En conocer las reglas primero y en romperlas después. Yo creo que el estilo no se busca. El estilo se encuentra. E incluso va mutando a lo largo de los años. Me ha pasado de leer el libro nuevo de un autor y quedarme maravillada. Y a causa de esa misma maravilla ir en busca de sus libros anteriores y sufrir una decepción. ¿Qué pasó? Pasó que habían crecido, que su estilo se había perfeccionado. Estancarse, encapricharse, solo lleva a la inmovilidad. Y la inmovilidad es la muerte.

¿Qué opinas de los neologismos?

Para hablar me encantan. Los invento todo el tiempo. Los uso para jugar con mis hijos, para sorprender a mis interlocutores. Me fascinan las fusiones de palabras. O usar una palabra destinada para una cosa, en otra. Me gusta mucho jugar con lo que escucho y convertirlo en metáfora. El lenguaje es algo maravilloso y el discurso personal de cada uno está teñido de imágenes psíquicas que saltan sin que podamos controlarlas. Usar las palabras, apropiarse de ellas, acomodarlas para sorprender al otro, es un arte y, también, un juego eterno, divertido y creativo que no me cansaré de jugar jamás.
Pero al escribir... hay que tener cuidado. Como cualquier recurso, puede ser genial o lapidario.

¿Qué es la CF para vos?

Lo mismo que la Tabla de Logaritmos. Algo que no pude manejar jamás. Un enigma indescifrable que no deja de sorprenderme y maravillarme.

Sí, me acuerdo que una vez en el taller de Forjadores te había gustado un cuento mío, pero te perdías en la parte tecnológica, je .¿Cuál de tus cuentos te es más querido? ¿Por qué?

Uy... no... no puedo elegir uno, ni dos, ni tres. En realidad los quiero a todos porque todos significaron algo en mi vida en el momento en que fueron escritos. Es cierto que algunos que han sido premiados me han dado muchas satisfacciones, tanto económicas como de reconocimiento. Pero muchos que han pasado desapercibidos siguen siendo mis hijitos pródigos.

A ver. Hablame de los premios ¿Te premiaron muchas veces?

Más de las que esperaba... insisto en que los concursos son tiros al aire. A veces alguna bala acierta a algo. Hay mucho de suerte. Cada vez hay más participantes en los certámenes literarios y empiezas a sentir que eres un caballo en carrera. Viéndolo así he quedado bien posicionada en algunas carreras, jaja. Aún así me gustan los concursos. Porque me gusta el juego. Soy una ludópata reprimida y quiero ganar hasta jugando carreritas con la lapicera. Los premios tienen un plus extra: la familia. De alguna manera, verlos felices con un diploma, una medalla o algo más, me hace sentir menos en deuda por las privaciones y las extravagancias.

¿Crees que hay lectores para lo que escribís?

Sí. Si bien últimamente la gente se inclina a las novelas y a los cuentos los deja un poquito de lado, yo no me puedo quejar. Generalmente mis cuentos publicados tienen gran difusión y tengo un pequeño grupo de seguidores que buscan lo que hago, sea porque se sienten identificados con las historias o con la manera de contarlas, pero son fieles. Uno de los parámetros para medir eso es que te soliciten. Por suerte, de un tiempo a esta parte, no tengo que buscar lugares donde publicar, sino que me piden material desde diferentes revistas.

¿Tienes un e-zine favorito?

No. “Picoteo” de cada publicación que me llega y leo todo lo que se me cruza. Pero no tengo “uno” al cual sea adicta.

¿Hay algún autor contemporáneo que sigas?

No. Como te dije antes, leo todo lo que se me cruza. Pero “sigo” a algunos a través sus páginas de Facebook, leyendo sus adelantos y las publicaciones que comparten con sus fans.

¿Cuál es tu autor favorito?

¿Uno? No... Uno no... Horacio Quiroga, Marco Denevi, Eduardo Sacheri, Abelardo Castillo, Santiago Grimani, Liliana Díaz Mindurry, Liliana Allami, Agustina Bazterrica, Horacio Torres, sólo por nombrar algunos... Mi capacidad de admiración no tiene límites…

¡Che, que bueno que es Abelardo Castillo! ¡Y Quiroga también, en otra onda, claro. ¿Según tu parecer, Los escritores de CF colaboran entre sí o son individuos aislados?

Un maestro a la hora de manejar la psicología de los personajes, un maestro del despojo y la estrategia, cada cuento es un puzle. Apenas lo terminas de leer se te aparece como una fotografía y cuesta creer que con “eso” haya sido capaz de escribir lo que acabas de leer.
Sobre los escritores de CF, los que conozco no sólo colaboran entre sí, también lo hacen con los de otros géneros. El enriquecimiento que se obtiene en la sociabilidad que brindan los talleres como Forjadores y Extravaganzia, en los cuales participo, es tremendo. Noto que les interesa compartir sus conocimientos y la información que les llega.

¿Qué opinas de los ilustradores?

Me fascina su trabajo. Poder poner las palabras en imágenes es una labor tan complicada como poner las imágenes en palabras. Me gusta la simbiosis que se crea entre el autor y el ilustrador cuando crean a la par. Tuve la oportunidad de compartir esa experiencia maravillosa con Carlos Alcorta, que es pintor, y resulta sorprendente ver un cuento de una en un cuadro. Fui ilustrada por compañeros Forjadores y me sentí muy satisfecha con su trabajo. También hemos encarado juntas con Marina Dal Molin la producción de cuentos infantiles y ha sido una experiencia increíble en cuyo resultado era imposible descifrar que había sido primero, si el cuento o la ilustración.

Coincido, me encanta el estilo de Marina Dal Molin. ¿Qué opinás de la autoedición?

Hace muchos años tuve la oportunidad de participar en una antología cooperativa. Con un poema horrible, del cual me avergüenzo cada vez que puedo… se llamaba Metamorfosis y era espantosamente cursi, malo y largo. Supongo que todos tenemos algo de lo que renegar… de alguna forma, ese poema está ahí para que yo me acuerde de lo mal que se pueden hacer las cosas y quedar impune, por el simple hecho de pagar para publicar. Yo no volvería a hacerlo, aunque hoy mi exigencia personal es superior a la de aquel entonces y tal vez elegiría el material con mejor tino. Pero también creo que depende del objetivo de cada uno. ¿Para qué escribimos? Con esa respuesta clara, se puede enfocar hacia dónde uno quiere ir y tomar la decisión de autoeditar o no.

Tenés razón, lo importante es tener la cosa clara. ¿Ves televisión?

Poco y nada. En realidad me gustan más las propagandas que los programas. No tengo cable. Donde yo vivo hay tres canales de aire. La programación viene enlatada desde la capital. Me aburro. Demasiados chismes, demasiado tremendismo. Demasiada información masticada y mucho culto a la imagen. Me he vuelto un poco intolerante con estas cuestiones. Prefiero leer, o hasta ponerme a hacer sudokus antes que mirar televisión.

¿Las propagandas? Pero si son todas de yogures para ir al baño y aparatos que te hacen vibrar la panza ¿Eso te gusta o quisiste decir otra cosa?

Jajaja, fue una forma de decir... igual hay propagandas buenas. Claro que no todas son divertidas, pero de vez en cuando aparece algo genial. Generalmente las de las cervezas son interesantes. En una época, hace muchísimos años, daban un programa de publicidad, creo que se llamaba “El lápiz”, no estoy segura. Ahí mostraban campañas publicitarias que se destacaban por su creatividad. Lo que quise decir, es que noto más creatividad en las propagandas que en los programas que pasan acá.

¿Qué opinas sobre los adelantos tecnológicos en la vida diaria?

Me encantan. Sueño con tener una laptop, un e-reader. Internet me abrió las puertas del mundo. No olvides que vivo en medio de las sierras y que mi universo real es agreste y pequeñito. Sin la red, no podría acceder a certámenes, talleres y grupos de encuentro.

Bueno, yo sé que vivís en las sierras, pero algún desprevenido lector que se encuentre con esto, no. Contá entonces donde vivís y como.

Vivo en un pueblo de las Sierras Chicas cordobesas. Mi casa es pequeñita, está enclavada en la loma, en la misma piedra granítica, y se llega a ella por una escalera de piedra. Mi vecino de la derecha está a cien metros, el de la izquierda a setenta. Detrás de mi casa todo es monte de espinillos y siempreverdes. Delante, cruzando la calle, hay un arroyo que ahora está seco (temporariamente afectado por la sequía) y que bordea el bosque de los eucaliptos. Para que te hagas una idea, el ciber más cercano está a cuatro kilómetros y a la luz de la calle, la del alumbrado público, la encendemos y apagamos los vecinos cuando es necesaria. Al salir a mi patio, de tierra, es normal que te cruces con conejos, congos, cuises, lagartos overos, pájaros de diferentes especies. La vida aquí es dura, igual que la tierra. Pero cuando uno se acostumbra, esta paz no se cambia por nada. La puerta de casa está abierta todo el día cuando hace calor y se cierra sin llave en el invierno. Tenemos termotanque a leña y salamandra, cosas que la gente de la ciudad se queda mirando azorada cuando viene. Nuestras ventanas no tienen rejas y los chicos juegan en el bosque y van y vienen solos a la escuela. No es el paraíso, pero se le parece.

¿Qué pensás de las nuevas formas de comunicación? ¿Y las redes sociales?

Uso Twitter para participar en certámenes, pero todavía no le encontré la función social que me sea útil. Facebook fue un zócalo importante para la promoción de mi libro, es también un punto de encuentro con familiares y amigos por aquello de los álbumes de fotografías. Mi mayor contacto visual con mis sobrinos se da a través de ese medio ya que los tengo a 700 kilómetros. En algún momento me envicié con los jueguitos... pero después me compuse cuando perdieron su costado novedoso. Es muy interesante el fenómeno que se produce al enviar un mensaje, la cantidad de personas que lo reciben y responden. Pero de todas formas, al menos en mí, sigue primando el contacto personal, el encuentro físico me satisface más que el virtual.

Bueno, vamos por partes, después contame que jueguitos jugabas, pero mencionaste tu libro ¿Qué libro es ese? ¿Contá sobre el?

Reflejos, revanchas, reveses. Un sueño que España y Bohodón Ediciones hicieron realidad en el 2010 a través de gestiones impagables de mi amiga Encarna Martínez Oliveras.
Es un lindo libro. Reúne treinta y nueve relatos de ficción. Hechos con muchísimo amor y no menos trabajo. Actualmente la editorial lo tiene en vidrieras en www.corambo.net para todo el mundo.
Me dio muchas satisfacciones, recibí comentarios maravillosos y sorpresas gratificantes. Gracias a RRR la municipalidad de mi pueblo me entregó un reconocimiento por haber llevado a Salsipuedes más allá de sus fronteras. A veces no se puede medir la magnitud de lo que uno hace, cómo repercutirá en el entorno y más allá.

¿Qué juegos jugabas? ¿En la PC o en la Play?

Te hablaba específicamente de Facebook, en la PC: Farmville, Yoville, Treasure Island. Es que como no sé lo que es una Play... ni siquiera tengo reproductor de DVD o de CD... para mí la computadora es un paquete que funciona para ver películas, escuchar música, jugar. Por eso te decía que internet me abrió un abanico impensado.


Ahora los chicos siguen aventuras a través de juegos de video o historias en cine condicionadas por el merchandising ¿Pensás que eso reemplazará a la literatura tradicional?

No. La misma pregunta se hacían nuestros padres con la televisión. Y, a pesar de la televisión, la literatura siguió en pie. Sí creo que algún día, dentro de mucho tiempo, desaparecerá el libro en papel, pero su contenido sobrevivirá en tanto el Hombre tenga historias que contar.

¿Por que pensás que la Cf es tan infravalorada en la opinión general?

Yo no pienso que esté infravalorada. Si eso fuese cierto, no serían los concursos cuya temática es la ciencia ficción los mejores cotizados en premios en efectivo. Ni habría tantas novelas de ciencia ficción en venta, ni los chicos las leerían o los empresarios las convertirían en películas y merchandising. Yo creo que eso es un mito. Una manera que los escritores de ciencia ficción tienen para convencerse a sí mismos de que pertenecen a una especie marginada. Y a mí me parece justamente lo contrario, que son una especie admirada.

¡Excelente! Creo que la CF le da de comer a muchísimas personas, quizá algunos no se animen a leer porque no entienden ciertos argumentos o términos, pero se dejan llevar cuando está envuelto en un hermoso paquete. ¿Pensás que alguien leerá este diálogo?

Para asegurarme de ello, pienso enviarle el enlace a mi mamá, jaja. No lo sé, Carper. ¿Cómo saberlo? Tú eres el editor, tú dime.

¡No! No me digas editor. Muchas veces estuve tentado a serlo, pero descubrí que tendría que dejar de escribir o dibujar. Por suerte hay muchos amigos que se han entregado a esa tarea y lo hacen muy bien. Mil gracias por participar, Isa.

11 de Marzo de 2011 - Planeta Rojo

4 comentarios:

  1. Yo sí, yo sí lo leí. ¡Qué buenas preguntas!¡Qué buenas respuestas!

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  2. Hola estuvo buenísima.Me gustaron las preguntas y la soltura en las respuestas de Isa. Los felicito a los dos disfruté mucho de la entrevista. Besitos.
    Neli :)

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  3. Estuvo muy bueno ! Si algo no entedés da la CF yo te explico.
    :-)

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  4. Alguien sí lo leyó. Y yo también. Abrazo, Escritora.

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