jueves, 8 de diciembre de 2011

Omar Vega – Escritor chileno de CF - Autor de “El Secreto de Rings”






Invitado de Hoy: Omar Vega – Autor de “El Secreto de Rings”

Hola ¿Quién eres? Preséntate con tus palabras, por favor.

Soy un primate obsesionado con el futuro. Mi amigo Luis Saavedra me describió en un prólogo a mi cuento Zimbabwe, que trata del último hombre de raza negra en el mundo, y que es parte del Eridiano Chileno (Eridiano 16), una antología de autores de CF nacionales. Saavedra, con su increíble poder para fotografiar a las personas, dijo de mí lo siguiente, y coincido con él plenamente:

Omar Vega es un hombre de pelo blanco y corto, algo nervioso, que se preocupa de dar una buena primera imagen. Es ingeniero en informática con un grado académico en ciencias de la computación. Se declara felizmente casado y uno de sus tres hijos es ciudadano de Canadá, país en donde su familia pasó cinco años. Vega vive en el futuro y le asombra que la mayoría de la gente no esté allí. Dedica mucha de su afición en establecer relaciones entre la extrapolación técnica y científica de novelas de ciencia ficción y el presente, y se esmera en convertir sus propios relatos en ventanas de “lo-que-puede-venir”. La primera vez que me lo encontré, almorzamos en un autoservicio del centro de Santiago de Chile y me dejó en claro su admiración por los autores del género que habían acertado en sus predicciones. Pienso que íntimamente cree que hay que tener una glándula, de la que carecemos la mayoría, que secreta una hormona futurista.

¡Vega! ¡Hasta tu nombre suena a CF! ¿Puedes recomendar algún escritor de CF chileno?

Sí. Recuerdo cuando viví entre gringos que cuando les llamaba la atención mi apellido les decía que tenía una estrella a mi nombre, y ellos no.
Hay muchos escritores chilenos excelentes. El más conocido es Jorge Baradit, autor de Ygdrasil, Synco y Kalafkura. Jorge logró hacerse paso en el mundo editorial y se forjó a pulso un merecido prestigio.
Un autor extraordinario fue Sergio Meier, quien escribió La Segunda Enciclopedia de Tlon, la que fuera la primera novela steampunk chilena, pero también un extraordinario ejercicio filosófico basado en el paradigma holográfico. Por desgracia, Sergio falleció de cáncer en 2009 a una edad muy temprana, y nos dejó un vacío insondable.
Otros autores chilenos son Sergio Amira, quien tiene una pluma extraordinaria, pero por desgracia todavía no es tan conocido como merece. También es paradigmático el caso de Teobaldo Mercado, luchador incansable del Space Opera, que publica sus libros de manera artesanal.
Pero hay muchos más, y sería injusto no mencionarlos a todos. Sólo puedo decir que el ambiente de la CF chilena pasa por un período de fertilidad extraordinaria.

Eso es muy bueno. ¿Cómo empezaste a aficionarte en la CF?

Desde mi infancia, cuando leía las aventuras de Donald y sus sobrinos en revistas Disney. Recuerdo las maravillosas aventuras dibujadas por Carl Barks y otros super-dibujantes de Disney, que nos paseaban por el espacio, descubrían civilizaciones perdidas y nos mostraban cerebros electrónicos enfriados con témpanos de hielo, rifles láser, y hasta robots gigantes, controlados por los Chicos Malos al robar la bóveda de Tío Rico. Si hasta explicaban los terremotos como impactos de simpáticas esferas vivientes en las columnas del centro de la Tierra. También recuerdo dos historias en la revista chilena Rakatan, que me marcaron por la imaginación desplegada en ellas.
Crecí cuando la televisión surgía, mirando seriales como Johnny Quest, Viaje al fondo del mar, Perdidos en el espacio, Los invasores, El túnel del tiempo, Thunderbirds, Viaje a las estrellas y Jim West. Si hasta Batman tenía su computador brillante, que parecía más inteligente que el actor que representaba al murciélago. Y como olvidar la maravillosa serie El mundo del mañana de Disney, con viajes espaciales y carreteras automáticas.
Luego coleccioné estampas sobre la carrera espacial y leí Un Viaje a la Luna de Verne al mismo tiempo en que el Apolo VIII cumplía la misma hazaña en el mundo real. En aquella época también leía la legendaria revista chilena Mampato, cuya serial era CF pura. Desde entonces me aficioné al género.

¿Y cuando sentiste el impulso de escribir?

Desde niño, si bien no escribí nada interesante hasta adulto. Lo primero que vendí fueron artículos técnicos para una revista de computación y un artículo de turismo para un sitio web.
Mi primera historia fue La mano de Dios, que terminé publicando en inglés en el e-zine Bewildering Stories. Esta historia la escribí en un cuaderno en los ochenta y la tuve que reescribir de memoria para publicarla en el e-zine. Trata del desarrollo del un compilador genético que permite diseñar plantas que sobreviven en el ambiente actual de Marte, sin terraformación. Sin embargo, lo principal es que es una crítica abrumadora a las corporaciones que explotan al hombre.

¡En inglés! ¡Claro! Si viviste en Canadá dominas el idioma. ¡Interesante! ¿Qué temas te gusta abordar en tus cuentos?

Me gusta la Anticipación. Ese es el tema que me atrae por sobre todo el resto. Como dijo Saavedra, lo mío es el futuro.

Sin duda. Y esto me recuerda a “EL Secreto de Rings” Me ha deslumbrado la imaginación para describir esas construcciones y lo bien que aplicas la tecnología en la historia. Es más, de a ratos me sentí viajando en el espacio como cuando leo a Clarke ¿Te llevó mucho tiempo escribirlo?

Si. Fueron tres años para llegar a completarlo y muchas más para finalmente publicarlo.
La novela plantea mi proyección personal sobre la tecnología y sociedad del futuro. Sin embargo, tiene un trasfondo esotérico que está velado y enmascarado, pues muchos de los ritos y costumbres de los alquimistas los tomé prestados de la masonería y de la religión católica, temas que conozco bien. Además, el traje del alquimista propiamente tal es un mero plagio del Aprendiz de Brujo de Disney. Quizás mi estilo se inspira en Clarke simplemente porque yo también estoy fascinado con el futuro y el esoterismo, y mezclo ambos.
En la novela hay algo oculto: el método que usaron los antiguos alquimistas para hacer sus demostraciones con la piedra filosofal. Lo encontré de una manera muy torcida y me sentí tentado a incluirlo en la trama, y ahí está. Espero que en algún momento alguien lo descubra.

¿Por qué cambiaste el antiguo nombre, El Secreto de los Alquimistas?

Simplemente porque ya había una novela con ese título. Es más, los “anillos” tienen cierta connotación mágica que me agrada, y que me recuerda a Tolkien, y a Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola. Si bien en la novela los anillos sólo representan a las ciudades espaciales rotatorias que una vez tuvo Rings, antes de decidirse a construir ciudades ingrávidas, también nos traen a la memoria el oro filosofal.

Es interesante el guiño que haces sobre tu nacionalidad con la empresa “Rapa Nui” y los Moais” ¿Esa fue tu intención?

Si, mi intención fue recordar Chile. Pero hay algo más. La conquista del pacífico por los polinesios se me antoja como la más notable hazaña de conquista humana y la más similar a la futura conquista espacial. Como en la Isla de Pascua, la gente de Rings está construyendo una nueva sociedad desde cero, en el vacío absoluto. Y como los Pascuenses, los Ringers triunfan construyendo la humanidad de nuevo.
Otra similaridad es el escaso número. La tesis principal de la novela es que es posible crear grandes civilizaciones con poblaciones pequeñas. Si en la Isla de Pascua se hizo una civilización con sólo 2.000 personas, creo que nada impide crear una supercivilización espacial con sólo unos pocos cientos de miles. La clave está en la productividad.

¿Cuál es tu aspiración? ¿Fama?

Que me lean. Poder comunicar mis ideas y sueños a los demás. No me interesa la fama ni el dinero, pero sí me gustaría dejar de ser un autor desconocido.

¿Qué es lo que te hace juzgar si un relato es bueno o malo?

Para mí es importante que el relato tenga ideas originales. Si se trata de CF, creo que el conocimiento de las ciencias y tecnologías es crucial, al menos para el tipo de relatos que a mi me interesan. No hay nada peor que un autor de CF ignorante.
También lo es la técnica literaria, en especial en el cuento, donde el arte de manejar la tensión no debe ser olvidado, por muy “innovador” que el autor pretenda ser.
El carácter del cuento también es importante. Detesto las historias donde se pone a criminales o personajes ambiguos como los centros de la trama. Creo que la mayoría de las personas son buenas y los criminales deben ser controlados. (Me encantaba Los Intocables) Por eso prefiero seguir la vieja escuela del héroe. Del Mesías que salvará a la humanidad, ya sea luchando a capa y espada o inventando la pócima de la eterna juventud. Después de todo, lo que la gente busca con desesperación es mejorar el mundo y no joderlo más de lo que ya está.

¿Estás de acuerdo con los filtros de edición? ¿Quién debería realizarlos?

Los detesto. Después de todo, me han rechazado libros para publicación, simplemente porque no entienden lo que he escrito. Como autor con actitud, estoy cierto que se equivocan.

¿Qué opinas de los neologismos?

Creo que son el equivalente literario de la creación de marcas. Se trata de palabras que atraen al lector pero que pueden resultar huecas. Por ejemplo, ¿qué hay tras un cerebro “positrónico” o que es el “unobtainium”? Pues nada más que una manera de agarrar la atención del lector.

¿Qué es la CF para vos?

Una manera de vivir. Para mí la CF es Anticipación: una bola de cristal hacia los posibles futuros de la humanidad y de la vida. Se que ésta es una opinión minoritaria dentro de la CF, pero para ser franco, aquella CF que no cumple tal criterio no me interesa.
Pero no sólo la CF me atrae sino todos los productos de los soñadores. Por eso leo muchos ensayos sobre los proyectos futuros. Por sobre todo, creo que esa capacidad de cambiar el mundo para crear algo mejor, que tienen los inventores, luchadores sociales y las personas creativas en general, es lo que redime a la humanidad de su violencia e injusticia.

¿Cuál de tus cuentos te es más querido? ¿Por qué?

El último mar. Ese cuento trata de los primeros exploradores de la luna Europa de Júpiter, quienes bucean en sus aguas cubiertas de hielo. Es un cuento muy breve, escrito en tono humorístico, donde un miembro de la Hermandad de la Costa, logia marinera que realmente existe, le da la fiebre de conquistar el último mar y ponerse a la par con Balboa. Me encantan las imágenes que logré crear en él usando tan poco espacio.
Lo escribí para un concurso literario náutico y por lo extravagante creo que no le dieron ni la hora.

¿Es posible leer este relato en la web?

Por supuesto. Está en Alfa Eridiani 16 (2005), Página 43. Observa el bello dibujo del astronauta con loro al hombro, que encontré genial.

¿Crees que hay lectores para lo que escribís?

Creo que sí. Mis cuentos y artículos no tienen un público masivo, pero he recibido buenas críticas y cada una de ellas las atesoro.

¿Tienes un e-zine favorito?

Tengo un e-zine leal que me publica todo lo que le envío. Es Alfa Eridiani. También he publicado en Bewildering Stories, en inglés. Otros e-zines que siempre visito, y en los cuales he publicado, son El Sitio de Ciencia-Ficción, Tauzero y Strange Horizons.

¿Hay algún autor contemporáneo que sigas?

No leo mucha CF contemporánea en general, pues muchas de sus temáticas no me atraen. De los actuales me gustan los autores de CF dura y realista, tales como Ben Bova, Michael Crichton y Vernor Vinge.

¡Crichton! ¡Ahora entiendo! Já, já

¡Si! De él tengo memorias imborrables de Jurassic Park y de Esfera. En la primera su idea de la clonación de dinosaurios revolucionó… al mundo científico! ¡Eso es magnífico! Si todavía hay algunos que tratan de resucitar al lobo de Tasmania o a los mamuts. Y de esfera puedo decir que fue un manual para aprender sobre inmersión profunda. Me gusta Crichton pues es verniano. Vale decir, sigue el método de escribir del legendario Verne.

¿Cuál es tu autor favorito?

Sin dudas y por siempre Julio Verne. Es curioso, pero todos los autores que me gustan mencionan a Verne como su maestro. Entre ellos, a Crichton y Vinge.

¿Según tu parecer, Los autores de Cf colaboran entre sí o son individuos aislados?

En general, colaboran. Es un pequeño mundo en que nos conocemos todos.
Eso es verdad, es muy pequeño y nos conocemos todos. Más razón para colaborar.

¿Qué opinas de los ilustradores?

Que son vitales. Una imagen vale más que mil palabras, y no hay nadie como un ilustrador para crear una imagen y darle valor a una obra.

Bueno, Me gustó mucho ilustrar algunos pasajes de “El Secreto…”. En el momento que José Joaquín Ramos me pidió las ilustraciones, estaba probando muchas técnicas y adolecía de un error recurrente. Quería ponerlo y demostrar todo lo que sabía en cada dibujo. Lo cierto es que ahora conozco cientos de trucos más que entonces, pero esa imagen de la nave sobre Rings me sigue gustando. ¿Es importante la divulgación de las novedades CF?

Claro que si. Les estoy muy agradecido a los ilustradores de Alfa Eridiani que fueron capaces de leer mis cuentos y la novela, y de ilustrarlos acorde al tema. Me impactaba ver esos dibujos que tan bien interpretaban la historia.

¿Qué opinás de la autoedición?

Que es un camino válido, pues las grandes editoriales están dominadas por intereses económicos y muy rara vez publican autores nuevos. Si muchos autores hoy famosos partieron autoeditándose, creo que no tiene nada de malo.
El peligro está en creer que basta con publicar para ser leído. Una vez en el mercado, sólo el valor de la obra en sí decidirá su destino.

¿Te animás a opinar sobre algún editor que te haya publicado? ¿O no te haya publicado?

En el mercado formal no he publicado libro alguno. He tratado de publicar ensayos, pero los editores no me han aprobado. Ahora estoy en un proyecto de autoedición, pero no publicaré hasta que no alcance la perfección en la obra.

¿Ves televisión?

Si, pero muy poco. Estoy más tiempo en la computadora e Internet.

¿Qué opinas sobre los adelantos tecnológicos en la vida diaria?

Al contrario que la mayoría de mis contemporáneos, no me sorprenden para nada. Mi padre fue un “nerd” del tiempo de las radios a tubo. Teníamos un pequeño taller mecánico donde él construía sus propias máquinas, además de una radio clandestina que atendía al barrio. En las noches escuchábamos radio de onda corta con programas de todo el mundo. Mi viejo me enseño sobre ciencia y tecnología mucho más de lo que aprendí en la universidad. Además fue un coleccionista de revistas como Mecánica Popular y Reader’s, que mostraban los adelantos del futuro, publicaciones que devoraba.
Gracias a eso, nada de lo que apareció después me sorprendió demasiado pues ya estaba predicho y ya lo había leído, décadas antes de que se masificara. En efecto, en mi trabajo tuve e-mail a principios de los ochenta y conocí los celulares en Canadá a mediados de esa misma época. Sin embargo, en los setentas ambas ideas ya aparecían en las revistas futuristas. Es más, comparando esos adelantos con la hazaña inmensa de la conquista lunar, las novedades técnicas contemporáneas se me antojan triviales. Ya estoy aburrido del nuevo Windows y el ipad, perfeccionamientos que se me parecen mediocres.
Creo que me sorprenderé cuando se popularicen las pantallas flexibles para leer en la calle, la televisión holográfica y los autos voladores. Pero más me sorprenderé cuando al fin la fusión nuclear sea práctica, haya estaciones espaciales con gravedad artificial, cohetes de plasma para llegar a Marte en dos meses y aviones hipersónicos lleven gente al espacio en masa.

¡Mecanica Popular es buenísima! Como la aeroespacio y otras más. ¿Qué pensás de las nuevas formas de comunicación? ¿Y las redes sociales?

Interesantes, pero nada nuevo. Las redes sociales existieron en el tiempo de las cartas escritas a mano y también las había en el tiempo de la onda corta. Ha cambiado la tecnología pero la idea es la misma.
Como todas las anteriores, las redes sociales permiten a las personas formular sus opiniones libremente, en un mundo que restringe la opinión de las mayorías al mero voto cada cuatro o seis años.
Para mí, las redes sociales son el preámbulo de un sueño mucho mayor, formulado hace mucho tiempo ya, pero que viene en camino: La democracia directa. Ese sistema de gobierno donde ya no necesitaremos políticos parásitos que nos representen sino que tomaremos las decisiones nosotros mismos. Y eso me llena de esperanzas.

¡Sí! Democracia en tiempo real y sin oportunidad para censuras ni chupasangres mentirosos.

Por supuesto. Si algún día nos deshacemos de los políticos, o al menos los controlamos más, habremos avanzado. Para mí, es inconcebible que los estados manejen a los pueblos como vacas lecheras que producen impuestos. No hemos avanzado mucho desde la tiranía Inca.

Pero hay una cosa que me hace ruido. ¿Está tecnología desarrolla la inteligencia o la bloquea? He conocido agentes de bolsa geniales para operar y a la vez imbéciles totales para una charla profunda. Recuerdo que hace unos años trabajaba en una empresa llena de abogados. Una de las chicas del estudio se caracterizaba por ser la más agresiva para resolver los temas difíciles. Un día la vi peleando con una puerta, mientras profería insultos la embestía con el hombro. Me acerqué, le pregunté si podía ayudarla y giré el picaporte. Esa misma torpeza la vi en otras circunstancias. Parecían despegados de su entorno. Me recuerda a los Eloi de “La Máquina del tiempo” ¿Qué opinás sobre esto?

Creo que toda tecnología tiene un potencial para el bien y para el mal. Lo que vemos ahora con la adicción a la web y a los juegos de video es parte del lado obscuro. Sin embargo, la alienación no es cosa sólo del presente, pues antes también existía. Basta leer los estudios sobre la “caja idiota” de los 60s y 70s para ver que la preocupación tiene larga data. Por ejemplo, en mi generación la gente perdía una fortuna tratando de detener la bolita en las máquinas de flipper (pinball). Y en los tiempos antiguos siempre hubo entretenciones como jugar a las cartas, a la rayuela y las damas, donde se perdían tardes enteras.
Por otra parte, la gente siempre ha sido agresiva. Después de todo somos una especie violenta, que ha tenido guerras fraticidas, y que debe mantener a una buena parte de su población tras las rejas, para vivir en paz.
No creo que el pasado fuera mejor. Sólo diferente.

Je, nosotros también le decimos flipper al pinball. Ahora los chicos siguen aventuras a través de juegos de video o historias en cine condicionadas por el merchandising ¿Pensás que eso reemplazará a la literatura tradicional?

No lo creo. El cine existe desde principios del siglo XX y nunca pudo acabar con la literatura. Es más, el teatro existe desde la época de los griegos y tampoco pudo acabar con ella.
La gracia de la literatura es que es un arte abstracto y personal, donde un solo individuo puede crear una obra grandiosa, sin necesidad de la ayuda de equipos de trabajo.
Por eso creo que seguirá existiendo por siempre, o mientras haya individuos.

O mientras haya árboles para hacer papel. ¿Por que pensás que en la opinión general, la Cf es tan infravalorada?

No creo que esté infravalorada. Autores como Julio Verne y H.G. Wells siguen vendiendo hoy tanto como lo hicieron en el pasado. Ya Sturgeon dijo que el 90% de la CF era pura basura, pero creo que el otro 10% es una joya. Que esto lo reconozcan o no los críticos literarios me tiene sin cuidado.

Es cierto. ¿Imaginás que algún día conquistaremos el espacio como en Star Trek?

Absolutamente. No creo que sea de manera tan fácil como pasa en Star Trek, pero creo que el destino de la especie es poblar el sistema solar y luego lanzarse a la conquista de las estrellas cercanas. Sin embargo, creo que ésta sola hazaña tomará milenios, y sólo para cuando se culmine estaremos en posición de saber si la conquista de la Vía Láctea es factible.
Creo que Star Trek es muy optimista, pues tomará mucho más tiempo de lo que esta predice. No obstante, me encanta la serie.

Sí, a mí también me encanta. Si hubiese un holocausto climático o ecológico ¿Qué harías?

Morir con elegancia.

¿Cuál es tu película de CF favorita?

2001: Odisea espacial. Creo que es la cumbre de la CF cinematográfica, y quizás de todo el cine. Esta película la estudie durante años, tratando de descifrar su simbolismo, y entre más lo hacía me sorprendía las nuevas cosas que encontraba. Se trata de una obra maestra que será recordada por siglos. Eso te lo doy firmado.

Eran Arthur Clarke y Stanley Kubrick, demasiado. ¿Crees que los autores de Cf son nerds o ratones de biblioteca despegados de la realidad?

Hace tiempo que los “nerds” fueron desplazados fuera de la CF, de manera inmisericorde, por los literatos de la New Age, por los Ciberpunks y otra fauna literaria. Yo, que me considero un “nerd”, que aún creo en el progreso, amo la ciencia y la tecnología, y que soy un ratón de biblioteca que vive en el futuro, creo que calzo con el estereotipo de “nerd”, más que muchos otros.

¿Cuál fue el último cuento de Cf que leíste?

Lo último que leí, que valiera la pena, fue la novela corta de Heinlein El hombre que compró la Luna. Me encantó, pues predice la comercialización del espacio.

¿Pensás que alguien leerá este diálogo?

Estoy seguro que sí. Al menos lo leerás tú.




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