Invitado de Hoy: Wellington Gabriel
Mainero - Historiador, escritor y cuentista - Gran conocedor de CF, literatura fantástica e Historietas.
Hola ¿Quién eres? Preséntate con tus palabras, por
favor.
En cortito,
(desde que me enamoré desde….a ver, veamos,
desde los ocho o nueve años, a
mi última novia y felizmente
madre de mis hijas después, no le cayó bien llamarme como me llamaban las anteriores)- tengo tres nombres, y desde
entonces hasta hoy todos me llaman Gabriel.
Por el primero, Wellington, me conocen muchos españoles, y los pocos parientes que aún viven. Desciendo – como se suele decir en esta
orilla- de los barcos con inmigrantes que llegaron en el siglo XIX, entre
otros, vascos franceses y
genoveses. Con esa mezcla, si es que
significa algo (a mí me parece que, a lo más, no es nada biológico y sí, un
poco de cartel), salí yo. Si alguna vez
los antiguos imaginaron una tortuga llevando sobre su caparazón el mundo en el
que ellos creían vivir, yo lo imagino más
como un perro, casi cubierto de pulgas. Yo soy una de ellas y mi temor, es el
día en que a éste se le ocurra comenzar a sacudírselas. Tengo estudios
terciarios no terminados, así que curricularmente no cuentan, porque no me
hacen acreedor de nada. Me apasionan las ciencias, y si hoy pudiera sacarme
cincuenta años, me dedicaría a la Física.
Cuando estuve
en la edad exacta, por aquello si no
sabes dónde quieres ir, cualquier camino sirve porque no conducen a ninguna
parte, me llevó entre otras cosas, a
enrolarme en política para crear el hombre nuevo: una quimera. Cincuenta años después, cada día choco con
alguno de los que nos anotamos y quedan, Damos pena. Estamos todos panzones, y
el pasado lo miramos con disgusto; a lo más, convivimos con la frustración sin
hablar de ello.
Pero también
esos mismos años me aportaron cosas
positivas, que no todas fueron pálidas: comencé a viajar por el mundo….a través de
cuanta revista geográfica encontré, y tengo colecciones de ellas. Pero tuve suerte en algún momento, de recibirme de abuelo en
Canadá, y desde allí comencé a conocer en vivo y directo las otras caras
diferentes de este mundo, ni tan ancho, ni tan ajeno. Por ello recomiendo a todo el que me soporte
oír, que no hay mejor manera de gastar
la plata que salir a conocer lo que está detrás del horizonte. Personalmente,
tengo muchas asignaturas pendientes en este orden aún, y no desespero caerles en algún momento
a cuantos amigos tengo en Europa.
Pensamiento: ¡¡qué
bomba de tiempo!!
Pero veamos
otras cosas, que no pasan ni por lo blanco ni por lo negro, ya que se supone
que continué creciendo. Otra de mis
aficiones a la que llegué es al placer por la Historia.
Pero la de las guerras. Deliro, y no hay texto que no adquiera si no lo
conozco y me garantice una distinta mirada. Soy un obseso, sí. Voy a evitar una disertación sobre el tema,
pero con tantas pulgas, el perro tuvo que inventar algo para sacárselas de
encima: a cada ciclo histórico, el espacio habitable es finito y condiciona, y las guerras, por más pretextos que tengan, creo que son funcionales a la inherencia
humana y sus necesidades básicas.
La culpa de este tema está en el entorno de mi familia, y en que mi
primera vocación coincidió con la profesión de un tío: volar. Vocación frustrada en el examen psicofísico, ya que aterricé
dos metros bajo tierra. Por imperfección de un ojo ¡Já.já, já!
(Me recuerda el cuento del avión de pasajeros piloteado por dos ciegos).
Y para ser otra cosa, dentro de aquella carrera, mi espíritu no encontró motivo
para quedarse.
Pero volvamos
a lo que posiblemente prefieras. Así que hay que usar la vieja máquina de Wells.
La c-f llegó con Flash Gordon en los suplementos de Crítica que mi padre
compraba en un exilio obligado en Bs.As. Ya que siendo militar se opuso al
golpe de estado de Terra. Sin embargo, la seducción por la imagen sucedió a los tres años de yo haber nacido(1942) cuando en un
simulacro de oscurecimiento ese padre, despojado de uniforme, debió acudir a una inspirada acción para
distraer a este sujeto, probablemente molesto. Recuerdo ver a mi progenitor sacando
de su baúl de viaje un suplemento: sentarme a la falda, y mostrarme, a la luz
de una mortecina lamparita, la primera
historieta que vieron mis ojos: los tres chanchitos y el lobo feroz, de Walt
Disney. Sería largo de contar los siguientes e inmediatos capítulos y abrumaría a otros lectores con tantos detalles que
recuerdo. Los hechos se continuaron sucediéndose cuando, con cinco
años, me encuentro viviendo en la casa
de mi abuela materna. Mi madre trabajaba
en la fábrica Alpargatas, de capitales ingleses, en ese entonces fabricando
telas para confeccionar uniformes para los que peleaban. Mi padre estaba lejos, en el Interior,
manejando personal en una empresa forestadora.
Dos tíos mayores también
permanecían en la casa materna y eran
grandes consumidores de las revistas de historietas que llegaban desde Bs.As. La necesidad me hizo aprender a leer antes de
comenzar la escuela. Recuerdo que fue un jueves del año 45 cuando mi padre ya
de regreso y compartiendo el mismo
techo, se apareció con el primer número de Patoruzito. Creo que allí comenzó otra de mis
vocaciones. A los diez años me escapaba
para irme a la feria de Tristán Narvaja a trabajar con un “grande” que me
pagaba con revistas. Sólo tenía que
cuidar que el público amontonado no
robara. Llegó un momento en que llegué a tener tantas revistas repetidas que me sentí convocado a
transformarme en un pequeño comerciante:
unos diarios sobre la vereda de baldosas, y arriba los montoncitos de revistas.
El premio era hacer algo de dinero para
la matiné, comprar gaseosa cortada con granadina, y galletitas María y dulce de
leche. A los doce me pusieron los pantalones largos, y en la revista Tit-bits encontré historias de c-f con un “continuará”
que obligaba a procurarme los dos o tres números siguientes. Fue una hermosa niñez, aunque el resultado final
fue un chico bastante introvertido. Sus juegos fueron fantasiosos y se transformó en inspirado
arquitecto de de fortalezas, creación de naciones
expandiéndose bajo los cartuchos,
rosales y malvones de espaciosos
jardines que había al frente de la casa,
umbríos follajes que luego se convirtieron
en escenarios para mis cuentos: p/ej. “El jardín de los dioses”, y hasta una nouvelle “De Hombres y de Sapos”. Este último que comencé a
escribir como terapia cuando la crisis barrió con mi escasa fortuna y
mi librería amenazó derrumbarse.
De paso no
está demás decir, de acuerdo a lo que he
someramente narrado, que la c-f también se convirtió en otra de las tantas
obsesiones. Estaba en el liceo, me interesaba la política, me formaba con el
semanario Marcha, y me devoraba las novelitas
españolas de colección Espacio, y Luchadores del Espacio (esta última, a
mi modo de ver, la mejor) Todas ellas, hoy,
encuadernadas de a cinco, están en mi biblioteca como testigos del lento ascenso por la
adolescencia. Mis autores preferidos
eran Alf Regaldie y George H. White, respectivamente Alfonso Arismendi
Regaldie, y Pascual Enguídanos Usach (¡gracias por tu enorme trabajo Salvador Vázquez
de Parga!)
Con esos libritos “de a duro” como los llamaban
en España, comenzó mi coleccionismo, y hoy creo contar con una de las más
grandes a nivel nacional, a la que puso
coto la crisis del 2002. Las historietas (no cómics). Ajustándome a la
tradición rioplatense, iban por un camino paralelo. Treinta y largos años de Visitador Médico me
dio la solvencia económica para terminar cubriendo todas las paredes con
bibliotecas. A mediados de los 70 Agustín Jaureguízar me invita a presentarme
en una Hispacon, soy beneficiado con un
premio al mejor ultracorto, y allí comenzó
mi modestísima participación en ND., encontrando, a partir de allí, cálida acogida en ésa como en otras publicaciones, comerciales y/o
fanzineras españolas, italianas, e
incluso allí en Bs. As., En Montevideo aparecieron cuentos en una separata literaria de un semanario histórico, y en el
suplemento del diario de mayor tirada
nacional.
La C-F y la
Historieta, la historieta y la ciencia ficción, se convirtieron en mis dos
muletas para alcanzar los espacios que físicamente me estaban vedados. Quienes hemos vivido entre dos siglos,- 63 años en el XX, 12 en el XXI, , que hemos presenciado el dominio del aire con
aviones de madera y tela, a la conquista del espacio más tarde, , hemos –
muchos al menos – sufrido ante un destino con sabor a poco, sólo vislumbrando
el futuro que espera al Hombre en su marcha imparable para colonizar otros
mundos, y expectantes ante el titánico desafío futuro de terraformarlos y hacerlos
habitables.
Porque el
Hombre no tiene otra salida. O damos el salto y aliviamos el tormento al perro,
o nos inmolamos colectivamente. No existen opciones.
Allí están las
promesas de Marte, y algunas lunas de
los planetas mayores que se revelarán como destino para la expansión de la
humanidad. Y más tarde, mucho más tarde,
encontraremos la forma de viajar entre las estrellas.
Para los que
no tenemos ni la más remota posibilidad de participar ni hoy ni mañana en esa
aventura, debemos contentarnos con el sabor amargo que deja el confrontar el inmodificable acto
de haber nacido en la época equivocada, con
la certeza de que no falta tanto, pocas décadas, para que comience la mayor
aventura humana desde que nos erguimos sobre nuestras piernas.
En nuestro
caso es lo que nos impulsa a escribir, un autoengaño en tanto soñamos con los
ojos abiertos sobre el papel inmaculado,
anticipando lo que será cotidiano.
Vayamos a otro
tema. Con todo el impacto del Mayo del
68 francés, la historieta también dio un salto de gigantes. Y aquí lo recibimos
con los brazos abiertos. Mi buen destino
me permitió comenzar a importar, primero en francés y, luego, cuando España
reprodujo traduciendo lo que salía de la caldera franco-belga, a comenzar la
etapa del nacimiento de un rincón destinado a quienes gustábamos de ello. Así comenzó El Rincón del Coleccionista,
primera librería especializada en Montevideo.
Hoy, a pesar
de los adjetivos puestos en Google por
entusiastas sobre mi negocio, viajeros
generalmente, los pienso más como manifestaciones de simpatía y cariño que de realismo , que agradezco con todo el
corazón, que sé que quienes lo sustentan son soñadores que luchan denodadamente por defender más de
cien años de “historia oficial” de este
arte, aunque confieso no percibir claro
si detrás del horizonte temporal actual,
el camino de la narrativa gráfica se prolonga. En mi país, se publica algo, poco, porque el
Estado aporta dinero – Fondos Concursables a través del Ministerio de Educación
y Cultura – permitiendo autoediciones. Este es otro tema que daría para un
debate. Ciertas posturas, sin análisis sobre las perspectivas futuras, no dejan
de ser más que un espacio temporal para el desborde de fantasía a plazo fijo.
En mi caso, quizá
con un espíritu negativo, me estoy construyendo otro camino: el gusanito de la
investigación se ha instalado cómodo en el carozo que llevo adentro, al igual
que en algún compañero de ruta con el que iniciamos desde años atrás un camino
que nos debíamos. Y en ello estamos,
Actualmente,
gran parte de las librerías disponen de bateas con historietas, generalmente
saldos, que rescatan poco o nada de lo que el 9º Arte ha sido capaz de
plasmar. No quiero ofender a nadie, pero
su calidad deleznable más que educar embrutece. Y me refiero a educar a leer el
género. Esa pobre oferta, no en cantidad sino en calidad, sobrevive pese a todo, embriaga y obnubila el discernimiento. Algunas
librerías creen haber tocar el cielo con las manos porque han
logrado hacerse de clientes; los mismos que dejaron de ir a otros lados. Aquí se instala un gran signo de
interrogación. ¿Que se persigue
comprando basura impresa si no hipotecas algo de lo tuyo procurando
educar y formar lectores más exigentes? Los éxitos, van y vienen, y los veremos
llegando como golondrinas, mientras el clima sea el adecuado. ¿Se está atento?
¿Cuánto tiempo durará el apoyo económico?
¿Por qué, si el futuro fuera tan promisorio, no surgen los capitales
olfateando el lucro? ¿Ningún editor se ha espabilado?
El mercado ni
siquiera ya es el mismo. Lo importado (yo
lo hago de Europa) vale un Perú. En un tiempo no muy lejano, Correos traía
miles de Sacas M. Cada mes, y se
repartían directamente a los que importábamos. Los precios finales resultaban convenientes y
atractivo el precio final al lector. Hoy, los sistemas han cambiado. Está el Editor que pone el pedido arriba de
un móvil de una empresa tercerizada, transportando la mercadería a otra
empresa que consolida el contenedor, - empresa que trabaja a su vez con un
(socio) corresponsal nacional (nueva
empresa)-,costo del flete para llevar al puerto que se reparte
prorrateando entre los usuarios que comparten el contenedor, , - costo
del flete naviero,(se puede negociar o
convenir previamente; las empresas se sacan los ojos entre ellas, es lo bueno
de la competencia), seguros -, documentación que pertenece al cliente, y que
es entregada al destinatario con notificación a la llegada del buque,- y previo pago de cientos
o miles de dólares, que es el producto
de la suma anterior, más el costo de la intermediación, según el
monto de lo que traes-
Después debes
tener ( o contratar) al Despachante de Aduana para que haga el trabajo dentro de tu puerto, liquidar
los gastos de guinchado, transporte al galpón -hotel de cinco estrellas donde
quedará depositado para su inspección cobro por el espacio ocupado y el tiempo
de estadía, , fiscalización, y nuevo
vehículo- registrado como empresa en la aduana - para sacar la mercadería del
puerto y llevártela a tu local, En
suma, debes contar con siete, ocho
“socios” obligados en todo el proceso, con derecho a
“mordida”. Y todo legal, según lo creó la Ley de privatización de la
playa de contenedores. Supongo que
allí, en Bs.As., debe ser igual. Las cosas malas no nos las disputamos, como
con Gardel o el dulce de leche.
La ventaja en
vuestro país, es que el que efectúe
importaciones, lo hace a una escala proporcional a la población y del probable mercado, que hace sustentable
el negocio. Aún más, hace posible la
existencia de editoriales puntuales. O, al menos, lo permitió en su momento,
durante décadas, de lo que hay sobrada y recogida memoria en vuestra rica
historia.
Las nuevas
tecnologías también atentan contra el tradicional soporte papel de la
historieta. Hay clientes desfachatados que no tienen reparos en vanagloriar-se
que bajan lo que quieren de Internet. Y ni hablemos ahora de las tablets que resultan hasta cómodas para acompañarnos al baño.
Los que sueñan
con un Uruguay pujante y decenas de productos autoeditados, lo verán posible en
la medida que no cambie el gobierne ni las reglas del juego que han
establecidas.
Bueno, creo
que me he extendido en demasía. Pido perdón.
¿Y cuando sentiste el impulso de escribir guiones?
…en guiones he
escrito pocas cosas; en realidad, cuentos míos han sido llevados a la narrativa
gráfica. Por ejemplo, “Hermanos”
publicado en ND, dibujado por Eduardo Barreto, trabajo que consideró en una entrevista como el
mejor hasta tal momento, cuyos
originales están en mi poder, y que nunca fueron editados comercialmente. Hay más cuentos, pero esta entrevista se
haría agotadora y las estadísticas son
irrelevantes. Vamos a dejar la contabilidad
afuera.
¿Qué temas te gusta abordar en tus guiones?
Permíteme la libertad de tomar un callejón paralelo,
evitar lo de “guionar” y volver sobre la c-f. Que es lo que me gusta escribir
(más allá de temas conexos a la investigación en la historieta)
¿Cuál
es tu aspiración? ¿Fama?
¡Noooooo!
Quiero pasar desapercibido. Si en algún momento mis novelas resultan de
interés y finalmente llegan a manos de
lectores, irán con seudónimo. Me
horroriza estarme haciendo cartel,
presentando libros…. Ya me están haciendo una Hoja de ruta para presentar el
primer volumen sobre la Historia de la Historieta Nacional 1890-1955, y quiero escapar a ese compromiso, que me dejen
tranquilo. Dejemos a mi coautor que se ocupe de ello.
¿Qué es lo que te hace juzgar si un guión es
bueno o malo?
Ya ha sido escrito muchas veces que si un guión es
bueno, un mal dibujo se tolera; lo contrario, pasa a ser bazofia pura. Los superhéroes me paspan, a
menos que digan algo. Aunque hay títulos
de cabecera, como Batman, en una serie llamada Gotham Central, escrita por Greg Rucka que me
pareció de maravilla y en el que Batman ocupa el último lugar en los roles
diseñados. El interés lo despiertan otros personajes.
¿Estás
de acuerdo con los filtros de edición? ¿Quién debería realizarlos?
No, no estoy de acuerdo. La asepsia la dejo para los cirujanos,
Prefiero la escritura contaminada, pero entendámonos, que sea fiel al
pensamiento del escritor. Si gusta con experimentar, que lo haga: el resultado
saldrá de la capacidad de mis neuronas para entender y aceptar su juego; si al final
yo disfruté con su trabajo, merecerá mi aplauso. Y si me aburro, no volveré a
tenerlo en cuenta...
¿Qué
opinas de los neologismos?
¿Y cuál es el problema? Tenemos una lengua viva y
cambiante en forma permanente.; hasta en Uruguay tenemos un Diccionario
Uruguayo aparecido recientemente. Si hace al buen resultado de la obra, está
todo bien. Ahora, si es al santo cuete (perdón, cohete), para posar de estrella
y presumir que conoce y aplica nuevas palabras, que se atenga a las
consecuencias de aquellos a los que intentó
seducir y no salieron satisfechos; se convertirán en sus más feroces jueces.
(Perdón nuevamente, pero me ha sobrevenido un
pensamiento ¿existe en algún lugar del mundo un monumento al Crítico? No es en
Catón que pienso precisamente, pero….
¿Qué es la Historieta para vos?
Parte
de mi existencia, inspirador de mis sueños, las aventuras que pude vivir sin
salir de este pedacito de terreno feraz que me tocó ocupar, a pesar de haber sido
regado hasta el hartazgo con sangre. Es “Ismael”, la novela de Acevedo Díaz,
dibujada por José Rivera. Es “A la
conquista de Jastinapur”, con guión de
Wadell, y dibujado por el enorme Emilio Cortinas.
¿Cuál de tus guiones te es más
querido? ¿Por qué?
Este
cuestionario, amigo, adolece de puntería. No soy un guionista, apenas un
escribidor de ficciones futuristas que me ayudan a imaginarme en un universo
diferente. Las historias que escribo, me ayudan a trasladarme a otros
escena-rios, y las disfruto por un
proceso osmótico, de transferencia entre lo escrito y mi cabeza, como un juego de billar en solitario. Porque las
ideas son mi realidad en esos momentos de inspiración.
¿Crees que hay lectores para lo que
escribís?
La
verdad que no lo sé. Yo manejo el término de ciencia ficción porque me permite
todo, aún lo inverosímil. Mis personajes son de sangre y hueso, personas
normales que sufren y lloran, y que pierden
seres queridos que los condicionan por el resto de la historia a narrar,
posiblemente recreando mi propia
historia. ¿Sabés qué? En el fondo son novelas humanas. “Regreso a casa” y “Las lágrimas de la
luna”, el amor tal cual yo lo entiendo
está presente. Y confieso que me duele mucho cuando separo a los amantes, ya
que tanto la c.f, como el futuro del
hombre, impondrán el dolor de la
soledad,
Mis
personajes (perdón por el machismo, al fin y al cabo soy varón) se encuentran
solos en eso de andar por ahí, entre las estrellas. ¿Acaso hay garantías de que
la conquista del espacio imponga el criterio”sólo para parejas”? El Tiempo, ese vector, es el peor enemigo de
los finales felices en esa tan larga etapa que le espera a la humanidad .Flash
Gordon y Dale Arden pertenecen a una historieta
de aventuras exóticas que nos ayudó a soñar, pero nada más. Será muy
difícil sobrellevar la vida cada cual, sin nada sólido al lado. Quienes deberán planificar hasta el último
detalle para enviar humanos en misiones, ¿podrán los elegidos sobrellevar la
vida sin pensar en quienes quedan atrás?
No tendrán un tren para el regreso,
ni un avión, ni un barco, nada. Quizá una foto para aferrarse al pasado, lo
único. ¿No nos esperará la locura en
alguna vuelta de esquina?
¿Tienes un e-zine favorito?
No.
¿Hay algún guionista contemporáneo que
sigas?
¿En
Historietas? Joe Sacco, Allan Moore,
Jodorowsky, Cothias, Lacroix, y una larga legión de franco-belgas, más los
ingleses desembarcados en USA que salvaron el género allí, y otros muchos en
ámbitos más lejanos, como en Japón, con Tezuca y su Adolf, o todos los trabajos pergeñados por el
grandioso Jiro Taniguchi. Mira, son incontables, porque la constelación de los talentos en este arte brilla
más que la Vía Láctea.
¿Cuál es tu guionista favorito?
Es
como si me preguntaras qué mujer me gusta más. Si estoy en una isla con una
sola, ésa es la favorita.
¿Según tu parecer, Los guionistas de
historieta colaboran entre sí o son individuos aislados?
Si son amigos, se mostrarán quizá sus mutuos
trabajos, quizá se ayuden. Crear exige soledad, tiempo para pensar, cansancio,
crispación, desesperación, ilusión cuando resolviste un problema. Durante años,
en El Rincón se hicieron tertulias, no recuerdo que nadie solicitara ayuda; sí
se mostraban mutuamente los trabajos, o sea los dibujos.
¿Qué opinas de los dibujantes?
Si
son buenos, los felicito. Si no son buenos, y tengo profunda amistad con el autor,
con la mayor delicadeza procuro hacer un comentario constructivo. A veces he arrimado un libro, y he mostrado lo
que deseo que vean. La reflexión corre por cuenta de ellos. Hay momentos en que
se reúnen, como todo ser social, para tomar una cerveza y comer pizzas, o coincidir por algo de interés común. También están los lobos
solitarios. Y hay que respetarlos como son. Con sus virtudes y sus defectos.
¿Acaso no me bancan ellos a mí cuando tengo que compartir un jurado? Soy el
menos indicado para opinar sobre nadie.
¿Es importante la divulgación de las
novedades sobre comics?
En
un tiempo, hace años, todos los meses remitía un catálogo con las novedades y
una ficha técnica que contenía la descripción anecdótica, con algún guiño especial
para lograr el interés de mis clientes. Era un catálogo tan pesado, repleto de
imágenes, que muchos clientes protestaban
porque sus equipos no tenían suficiente memoria para abrir esos archivos. Ahora es distinto. Algunos, como yo en mi negocio, aún tienen un
equipo viejo para usar simplemente como
máquina de escribir. Mi caso es que ya
no dispongo del tiempo necesario.
¿Qué opinás de la autoedición?
A
veces no hay más remedio que romper la chanchita y costearte la impresión. Te evitás la
intromisión de los cráneos que quieren cuestionarte y corregirte todo. Mi pensamiento es contrario, con respecto a la distribución. Allí conviene convenir el
precio de venta al público, y los
descuentos para el distribuidor y, él a su vez, el asignar el que corresponde a
la boca de venta.
Forma
de que todos salgan felices y comiendo perdices.
¿Te animás a opinar sobre algún editor
que te haya publicado? ¿O no te haya publicado?
Uribe.
(Agustín Jaureguizar-España) N-D, etc.
Fue el primero que creyó en mí, me incluyó en su selección de América
Latina Fantástica, en Ultramar, y me obligó a poner en la forma más ordenada posible
mis demonios sobre papel impoluto. Y cuando me corrigió mi escritura con
impronta inglesa, le quedé muy reconocido. El quid es que yo venía de hacer
poesía y poesía y poesía. Y las palabras eran como los zapallos en la carreta,
se acomodaban con el traqueteo, y no con
las reglas de la gramática española. ¡Oye, que la relación era con un
“español”, no con un mexicano!
¿Ves televisión?
(Aborrezco los programas que,
lamentablemente, nos llegan desde ese lado.) Pero veo mucho cine; apunto al nórdico, a los países del Este
europeo, del mundo árabe como Irán, maravillas gracias al cable. Me enrollo
bastante con CSI Miami, y cine policíaco en general. Cine argentino algo, Francella es mi ídolo,
pero también otros, como Darin y Suar. Y
hay más.
¿Qué opinas sobre los adelantos
tecnológicos en la vida diaria?
Maravillosos.
Entrás al mundo del consumo aunque no quieras, y dejás de ser menos que tu
vecino. Uruguay dispone de más celulares que población. A mí me lo robaron y nunca más compré. Mis
amigos me odian porque no me pueden encontrar cuando me necesitan. Así que
tengo una vida diferente, a contrapelo. Y soy libre. Eso sí, tengo mis
debilidades, buen audio, buen televisor, buenos reproductores/grabadores. Los
autos, cada vez mejores. Los sistemas de inyección computarizados,
inmejorables. Eso sí, no te quedes en ningún lugar medio alejado, porque las
nuevas tecnologías obligan a hacer muchos cursos, disponer de herramientas
sofisticadas, etc. El mío lleva, como auto de ley y origen ruso, el consabido
rollo de alambre y una buena pinza, más mi inmodesta capacidad manual.
Ah,
….y los celulares, bueno, a veces tengo que andar pidiendo prestado el de algún
amigo. Ya le he echado el ojo a
uno, pero aún no me he decidido.
¿Qué pensás de las nuevas formas de
comunicación? ¿Y las redes sociales?
Son
excelentes para soliviantar a las masas, hacer revoluciones, buscar
información, …..Con las redes sociales, comulgo poco y nada. Me hacen recordar
a los grandes conventillos (no sé si el término se usa allí con el mismo
sentido que acá) Recuerdo una película italiana, creo que trabajaba Sofía Loren
(o capaz que era otra, no importa)
Habían varios edificios en altura, cerrando filas y, al
medio, un espacio amplio interno. De
las ventanas colgaban ropas secándose. Y un pandemónium femenino se
jaraneaba y discutían a los gritos, y habían risotadas, e insultos. ¡Mamma mía!
No cuenten conmigo.
Ahora los chicos siguen aventuras a
través de juegos de video o historias en cine condicionadas por el
merchandising ¿Pensás que eso reemplazará a la literatura tradicional?
Reemplazará
los soportes. El papel es el que más corre peligro.
¿Por
que pensás que en la opinión general, los comics son cosas de baja
calidad o sólo para niños?
Porque
no han tenido la oportunidad de que les recomendaran algo para su cerebro
adulto. Proponé un From Help, o un Gorazde, o un Palestine, o un Bukowsky
llevado a la historieta; o un Por qué
odio a Saturno.
Yo he logrado éxito en ese sentido. Y vienen
esposas o compañeras con el pedido:”fulano quiere que le mandes algo para leer”
Esa
confianza me gratifica altamente. Y hasta ahora, que yo recuerde, jamás me han
devuelto nada.
¿Imaginás que algún día conquistaremos
el espacio como en Star Trek?
Bueno,
te dije que si volviera a mis veinticinco, sería físico. La respuesta va de
camino con la mecánica cuántica. A través de ella, encontraremos la luz al
final de la noche. El multiverso nos espera.
¡Qué no verán nuestros tataranietos!!
Si hubiese un holocausto climático o
ecológico ¿Qué harías?
Correría
a salvar a los míos, construiría una nueva barca de Noé, y pondría todos los
libros y las historietas a salvo. ¿Qué esperabas que te contestara? Vivimos a corta distancia de Atocha. Hay que
rezarle al que te dije todas las noches, y a la mañana siguiente agradecerle el
primer rayo de sol.
¿Crees que los guionistas de comics
son nerds o ratones de biblioteca despegados de la realidad?
Son
trabajadores como cualquiera otros. Eso sí, sin horarios de ocho horas, a veces
sin días ni noches, sin afeitarse y malolientes, si es que hay que entregar en
plazos.
¿Cuál fue el último comic que leíste?
El
que estoy leyendo: El Gran Duque, con un dibujo soberbio y superdetallista de
los aviones en el frente ruso durante la II Guerra Mundial. Guión de Yann y dibujos y color de Romaní
Hugault.
¿Pensás que alguien leerá este diálogo?
Depende
del éxito de tu blogg. Al menos, vos fuíste uno. Y alcanza. Para qué más. Seamos amigos, a la distancia. Ah, y mirá que
no soy responsable de mis dichos. Estoy en tratamiento psiquiátrico.
(No,
noooo, no te lo creas. Al terminar este cuestionario, me siento relajado y
chistoso)
Aprecio
que no hay más preguntas. Un saludo cordial, y hasta cualquier momento. Gabriel
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