miércoles, 24 de octubre de 2012

Wellington Gabriel Mainero - Experto en CF e Historieta



Invitado de Hoy: Wellington Gabriel Mainero - Historiador, escritor y cuentista - Gran conocedor de CF, literatura fantástica e Historietas.
 




Hola ¿Quién eres? Preséntate con tus palabras, por favor.
En cortito, (desde que me enamoré desde….a ver, veamos,  desde los ocho o nueve años, a  mi  última novia y felizmente madre de mis hijas después, no le cayó bien llamarme como me llamaban  las  anteriores)- tengo tres nombres, y desde entonces hasta hoy todos me llaman Gabriel.  Por el primero, Wellington, me conocen muchos españoles, y  los  pocos parientes que aún viven.  Desciendo – como se suele decir en esta orilla- de los barcos con inmigrantes que llegaron en el siglo XIX, entre otros,  vascos franceses y genoveses.  Con esa mezcla, si es que significa algo (a mí me parece que, a lo más, no es nada biológico y sí, un poco de cartel),  salí yo. Si alguna vez los antiguos imaginaron una tortuga llevando sobre su caparazón el mundo en el que ellos  creían vivir, yo lo imagino más como un perro, casi cubierto de pulgas. Yo soy una de ellas y mi temor, es el día en que a éste se le ocurra comenzar a sacudírselas. Tengo estudios terciarios no terminados, así que curricularmente no cuentan, porque no me hacen acreedor de nada. Me apasionan las ciencias, y si hoy pudiera sacarme cincuenta años, me dedicaría a la Física.
Cuando estuve en la edad exacta,  por aquello si no sabes dónde quieres ir, cualquier camino sirve porque no conducen a ninguna parte, me llevó entre otras cosas, a  enrolarme en política para crear el hombre nuevo: una quimera.  Cincuenta años después, cada día choco con alguno de los que nos anotamos y quedan, Damos pena. Estamos todos panzones, y el pasado lo miramos con disgusto; a lo más, convivimos con la frustración sin hablar de ello.
Pero también esos mismos años me aportaron  cosas positivas, que no todas fueron pálidas:   comencé a viajar por el mundo….a través de cuanta revista geográfica encontré, y tengo colecciones de ellas.  Pero tuve suerte  en algún momento, de recibirme de abuelo en Canadá,   y desde allí comencé a  conocer en vivo y directo las otras  caras  diferentes de este mundo, ni tan ancho, ni tan ajeno.  Por ello recomiendo a todo el que me soporte oír, que no hay mejor  manera de gastar la plata que salir a conocer lo que está detrás del horizonte. Personalmente, tengo muchas asignaturas pendientes en este orden  aún, y no desespero caerles en algún momento a cuantos amigos  tengo en Europa. 
Pensamiento: ¡¡qué bomba de tiempo!!  
 Pero veamos otras cosas, que no pasan ni por lo blanco ni por lo negro, ya que se supone que continué creciendo.  Otra de mis aficiones a la que llegué es al placer por  la Historia.  Pero la de las guerras. Deliro, y no hay texto que no adquiera si no lo conozco y me garantice una distinta mirada. Soy un obseso, sí.  Voy a evitar una disertación sobre el tema, pero con tantas pulgas, el perro tuvo que inventar algo para sacárselas de encima: a cada ciclo histórico, el espacio habitable es finito y condiciona, y  las guerras, por más pretextos que tengan,  creo que son funcionales a la inherencia humana y sus necesidades básicas.
  La culpa de este tema  está en el entorno de mi familia, y en que mi primera vocación  coincidió con la  profesión de un tío: volar.  Vocación  frustrada en el examen psicofísico, ya que aterricé dos metros bajo tierra. Por imperfección de un ojo  ¡Já.já, já!  (Me recuerda el cuento del avión de pasajeros piloteado por dos ciegos). Y para ser otra cosa, dentro de aquella carrera, mi espíritu no encontró motivo para quedarse. 
Pero volvamos a lo que posiblemente prefieras. Así que hay que usar la vieja máquina de Wells. La c-f llegó con Flash Gordon en los suplementos de Crítica que mi padre compraba en un exilio obligado en Bs.As. Ya que siendo militar se opuso al golpe de estado de Terra. Sin embargo, la seducción por la imagen sucedió  a los tres años  de yo haber nacido(1942) cuando en un simulacro de oscurecimiento ese padre, despojado de uniforme,  debió acudir a una inspirada acción para distraer a este sujeto, probablemente molesto. Recuerdo ver a mi progenitor sacando de su baúl de viaje un suplemento: sentarme a la falda, y mostrarme, a la luz de una mortecina lamparita,  la primera historieta que vieron mis ojos: los tres chanchitos y el lobo feroz, de Walt Disney. Sería largo de contar los siguientes e inmediatos capítulos y abrumaría a  otros lectores con tantos detalles que recuerdo.  Los hechos se  continuaron sucediéndose cuando, con cinco años, me encuentro  viviendo en la casa de mi abuela materna.  Mi madre trabajaba en la fábrica Alpargatas, de capitales ingleses, en ese entonces fabricando telas para confeccionar uniformes para los que peleaban.  Mi padre estaba lejos, en el Interior, manejando personal en una empresa forestadora.  Dos tíos  mayores también permanecían en la casa materna y  eran grandes consumidores de las revistas de historietas  que llegaban desde Bs.As.  La necesidad me hizo aprender a leer antes de comenzar la escuela. Recuerdo que fue un jueves del año 45 cuando mi padre ya de regreso y  compartiendo el mismo techo, se apareció con el primer número de Patoruzito.  Creo que allí comenzó otra de mis vocaciones.   A los diez años me escapaba para irme a la feria de Tristán Narvaja a trabajar con un “grande” que me pagaba con revistas.  Sólo tenía que cuidar que  el público amontonado no robara. Llegó un momento en que llegué a tener  tantas  revistas repetidas que me sentí convocado a transformarme  en un pequeño comerciante: unos diarios sobre la vereda de baldosas, y arriba los montoncitos de revistas. El premio era hacer algo de dinero para la matiné, comprar gaseosa cortada con granadina, y galletitas María y dulce de leche. A los doce me pusieron los pantalones largos, y en la revista Tit-bits  encontré historias de c-f con un “continuará” que obligaba a procurarme los dos o tres números siguientes.  Fue una hermosa niñez, aunque el resultado final fue un chico bastante introvertido. Sus juegos fueron  fantasiosos y se transformó en inspirado arquitecto de  de fortalezas,  creación de naciones expandiéndose  bajo los cartuchos, rosales y  malvones de espaciosos jardines que  había al frente de la casa, umbríos follajes  que luego se convirtieron en escenarios para mis cuentos: p/ej. “El jardín de los dioses”, y  hasta una nouvelle “De Hombres y  de Sapos”. Este último que comencé a escribir  como terapia cuando  la crisis barrió con mi escasa fortuna y mi  librería amenazó derrumbarse.
De paso no está demás  decir, de acuerdo a lo que he someramente narrado, que la c-f también se convirtió en otra de las tantas obsesiones. Estaba en el liceo, me interesaba la política, me formaba con el semanario Marcha,  y me devoraba  las novelitas  españolas de colección Espacio, y Luchadores del Espacio (esta última, a mi modo de ver, la mejor) Todas ellas,  hoy, encuadernadas de a cinco, están en mi biblioteca  como testigos del lento ascenso por la adolescencia.  Mis autores preferidos eran Alf Regaldie y George H. White, respectivamente Alfonso Arismendi Regaldie, y Pascual Enguídanos Usach (¡gracias por tu enorme trabajo Salvador Vázquez de Parga!)
 Con esos libritos “de a duro” como los llamaban en España, comenzó mi coleccionismo, y hoy creo contar con una de las más grandes a nivel nacional,  a la que puso coto  la crisis del 2002.  Las historietas (no cómics). Ajustándome a la tradición rioplatense, iban por un camino paralelo.  Treinta y largos años de Visitador Médico me dio la solvencia económica  para  terminar cubriendo todas las paredes con bibliotecas.  A mediados de los 70  Agustín Jaureguízar me invita a presentarme en una Hispacon,  soy beneficiado con un premio al mejor ultracorto, y allí comenzó  mi modestísima participación en ND., encontrando,  a partir de allí, cálida acogida en  ésa como en otras publicaciones, comerciales y/o   fanzineras españolas, italianas, e incluso allí en Bs. As., En Montevideo aparecieron cuentos en una separata  literaria de un semanario histórico, y en el suplemento del diario  de mayor tirada nacional.
La C-F y la Historieta, la historieta y la ciencia ficción, se convirtieron en mis dos muletas para alcanzar los espacios que físicamente me estaban vedados.  Quienes hemos vivido  entre dos siglos,- 63  años en el XX, 12 en el XXI, ,  que hemos presenciado el dominio del aire con aviones de madera y tela, a la conquista del espacio más tarde, , hemos – muchos al menos – sufrido ante un destino con sabor a poco, sólo vislumbrando el futuro que espera al Hombre en su marcha imparable para colonizar otros mundos,  y expectantes ante el  titánico desafío  futuro de terraformarlos y hacerlos habitables.  
Porque el Hombre no tiene otra salida. O damos el salto y aliviamos el tormento al perro, o nos inmolamos colectivamente.  No existen opciones.
Allí están las promesas de Marte, y algunas lunas  de los planetas mayores que se revelarán como destino para la expansión de la humanidad.  Y más tarde, mucho más tarde, encontraremos la forma de viajar entre las estrellas.
Para los que no tenemos ni la más remota posibilidad de participar ni hoy ni mañana en esa aventura, debemos contentarnos con el sabor amargo  que deja el confrontar el inmodificable acto de haber nacido en la época equivocada,  con la certeza de que no falta tanto, pocas décadas, para que comience la mayor aventura humana desde que nos erguimos sobre nuestras piernas.
En nuestro caso es lo que nos impulsa a escribir, un autoengaño en tanto soñamos con los ojos abiertos sobre el papel inmaculado,  anticipando  lo que será  cotidiano.
Vayamos a otro tema.  Con todo el impacto del Mayo del 68 francés, la historieta también dio un salto de gigantes. Y aquí lo recibimos con los brazos abiertos.  Mi buen destino me permitió comenzar a importar, primero en francés y, luego, cuando España reprodujo traduciendo lo que salía de la caldera franco-belga, a comenzar la etapa del nacimiento de un rincón destinado a quienes gustábamos de ello.  Así comenzó El Rincón del Coleccionista, primera librería especializada en Montevideo. 
Hoy, a pesar de los adjetivos puestos en Google  por entusiastas  sobre mi negocio, viajeros generalmente, los pienso  más  como manifestaciones  de simpatía y cariño  que de realismo , que agradezco con todo el corazón, que sé que quienes lo sustentan son soñadores  que luchan denodadamente por defender más de cien años de “historia  oficial” de este arte,  aunque confieso no percibir claro si detrás del horizonte temporal actual,  el camino de la narrativa gráfica se prolonga.  En mi país, se publica algo, poco, porque el Estado aporta dinero – Fondos Concursables a través del Ministerio de Educación y Cultura – permitiendo autoediciones. Este es otro tema que daría para un debate. Ciertas posturas, sin análisis sobre las perspectivas futuras, no dejan de ser más que un espacio temporal  para el desborde de fantasía a plazo fijo.
En mi caso, quizá con un espíritu negativo, me estoy construyendo otro camino: el gusanito de la investigación se ha instalado cómodo en el carozo que llevo adentro, al igual que en algún compañero de ruta con el que iniciamos desde años atrás un camino que nos debíamos. Y en ello estamos,
Actualmente, gran parte de las librerías disponen de bateas con historietas, generalmente saldos, que rescatan poco o nada de lo que el 9º Arte ha sido capaz de plasmar.  No quiero ofender a nadie, pero su calidad deleznable más que educar embrutece. Y me refiero a educar a leer el género. Esa pobre oferta, no en cantidad sino en calidad, sobrevive  pese a todo,  embriaga y obnubila el discernimiento. Algunas  librerías creen haber  tocar el cielo con las manos porque han logrado hacerse de clientes; los mismos que dejaron de ir a otros lados.  Aquí se instala un gran signo de interrogación. ¿Que se persigue  comprando basura impresa si no hipotecas algo de lo tuyo procurando educar y formar lectores más exigentes? Los éxitos, van y vienen, y los veremos llegando como golondrinas, mientras el clima sea el adecuado. ¿Se está atento? ¿Cuánto tiempo durará el apoyo económico?  ¿Por qué, si el futuro fuera tan promisorio, no surgen los capitales olfateando el lucro?  ¿Ningún editor se ha espabilado?
El mercado ni siquiera ya es el mismo.  Lo importado (yo lo hago de Europa) vale un Perú. En un tiempo no muy lejano, Correos traía miles de Sacas M.  Cada mes, y se repartían directamente a los que importábamos.  Los precios finales resultaban convenientes y atractivo el precio final al lector. Hoy, los sistemas han cambiado.  Está el Editor que pone el pedido arriba de un móvil de una empresa  tercerizada, transportando la mercadería   a otra empresa que consolida el contenedor, - empresa que trabaja a su vez con un (socio) corresponsal nacional  (nueva empresa)-,costo del  flete   para llevar al puerto que se  reparte  prorrateando entre los usuarios que comparten el contenedor, , - costo del  flete naviero,(se puede negociar o convenir previamente; las empresas se sacan los ojos entre ellas, es lo bueno de la competencia), seguros -,  documentación que pertenece al cliente, y que es entregada al destinatario con notificación  a la llegada del buque,-  y previo pago de   cientos o miles de dólares,  que es el producto de la suma anterior, más el costo de la intermediación,  según el  monto  de lo  que traes-
Después debes tener ( o contratar) al Despachante de Aduana  para que haga el trabajo dentro de tu puerto, liquidar los gastos de guinchado, transporte al galpón -hotel de cinco estrellas donde quedará depositado para su inspección cobro por el espacio ocupado y el tiempo de estadía,  , fiscalización, y nuevo vehículo- registrado como empresa en la aduana - para sacar la mercadería del puerto y llevártela a tu local,  En suma,  debes contar con siete, ocho “socios” obligados  en todo el proceso,  con derecho a  “mordida”. Y todo legal, según lo creó la Ley de privatización de la playa de contenedores. Supongo que allí,  en Bs.As., debe ser igual.  Las cosas malas no nos las disputamos, como con Gardel o el dulce de leche.
La ventaja en vuestro país, es que  el que efectúe importaciones, lo hace a una escala proporcional a la población  y del probable mercado, que hace sustentable el negocio. Aún más, hace posible  la existencia de editoriales puntuales. O, al menos, lo permitió en su momento, durante décadas, de lo que hay sobrada y recogida memoria en vuestra rica historia.
Las nuevas tecnologías también atentan contra el tradicional soporte papel de la historieta. Hay clientes desfachatados que no tienen reparos en vanagloriar-se que bajan lo que quieren de Internet. Y ni hablemos ahora de las tablets que  resultan  hasta cómodas para acompañarnos al baño.
 Los que sueñan con un Uruguay pujante y decenas de productos autoeditados, lo verán posible en la medida que no cambie el gobierne ni las reglas del juego que han establecidas.
Bueno, creo que me he extendido en demasía. Pido perdón.
¿Y cuando sentiste el impulso de escribir guiones?
…en guiones he escrito pocas cosas; en realidad, cuentos míos han sido llevados a la narrativa gráfica. Por ejemplo, “Hermanos”  publicado en ND, dibujado por Eduardo Barreto, trabajo  que consideró en una entrevista como el mejor  hasta tal momento, cuyos originales están en mi poder, y que nunca fueron editados comercialmente.  Hay más cuentos, pero esta entrevista se haría agotadora  y las estadísticas son irrelevantes. Vamos a dejar la  contabilidad afuera.
¿Qué temas te gusta abordar en tus guiones?
Permíteme  la libertad de tomar un callejón paralelo, evitar lo de “guionar” y volver sobre la c-f. Que es lo que me gusta escribir (más allá de temas  conexos  a la investigación en la historieta)
¿Cuál es tu aspiración? ¿Fama?
¡Noooooo!  Quiero pasar desapercibido. Si en algún momento mis novelas resultan de interés  y finalmente llegan a manos de lectores, irán con seudónimo.  Me horroriza estarme  haciendo cartel, presentando libros…. Ya me están haciendo una Hoja de ruta para presentar el primer volumen sobre la Historia de la Historieta Nacional 1890-1955, y  quiero escapar a ese compromiso, que me dejen tranquilo. Dejemos a mi coautor que se ocupe de  ello.
 ¿Qué es lo que te hace juzgar si un guión es bueno o malo?
Ya ha sido escrito muchas veces que si un guión es bueno, un mal dibujo se tolera; lo contrario, pasa a ser  bazofia pura. Los superhéroes me paspan, a menos que digan algo. Aunque hay  títulos de cabecera, como Batman, en una serie llamada Gotham Central,  escrita por Greg Rucka  que me  pareció de maravilla y en el que Batman ocupa el último lugar en los roles diseñados. El interés lo despiertan otros personajes.
¿Estás de acuerdo con los filtros de edición? ¿Quién debería realizarlos?
No, no estoy de acuerdo.  La asepsia la dejo para los cirujanos, Prefiero la escritura contaminada, pero entendámonos, que sea fiel al pensamiento del escritor. Si gusta con experimentar, que lo haga: el resultado saldrá de la capacidad de mis neuronas para entender y aceptar su juego;  si al  final yo disfruté con su trabajo, merecerá mi aplauso. Y si me aburro, no volveré a tenerlo en cuenta...
¿Qué opinas de los neologismos?
¿Y cuál es el problema? Tenemos una lengua viva y cambiante en forma permanente.; hasta en Uruguay tenemos un Diccionario Uruguayo aparecido recientemente. Si hace al buen resultado de la obra, está todo bien. Ahora, si es al santo cuete (perdón, cohete), para posar de estrella y presumir que conoce y aplica nuevas palabras, que se atenga a las consecuencias de aquellos a los que intentó  seducir y no salieron satisfechos; se convertirán en sus  más feroces jueces.
(Perdón nuevamente, pero me ha sobrevenido un pensamiento ¿existe en algún lugar del mundo un monumento al Crítico? No es en Catón que pienso precisamente, pero….

¿Qué es la Historieta para vos?
Parte de mi existencia, inspirador de mis sueños, las aventuras que pude vivir sin salir de este pedacito de terreno feraz que me tocó ocupar, a pesar de haber sido regado hasta el hartazgo con sangre. Es “Ismael”, la novela de Acevedo Díaz, dibujada por José Rivera. Es  “A la conquista de Jastinapur”,  con guión de Wadell, y dibujado por el enorme Emilio Cortinas.
¿Cuál de tus guiones te es más querido? ¿Por qué?
Este cuestionario, amigo, adolece de puntería. No soy un guionista, apenas un escribidor de ficciones futuristas que me ayudan a imaginarme en un universo diferente. Las historias que escribo, me ayudan a trasladarme a otros escena-rios, y las disfruto  por un proceso osmótico, de transferencia entre lo escrito y mi cabeza,  como un juego de billar en solitario. Porque las ideas son mi realidad en esos momentos de inspiración.
¿Crees que hay lectores para lo que escribís?
La verdad que no lo sé. Yo manejo el término de ciencia ficción porque me permite todo, aún lo inverosímil. Mis personajes son de sangre y hueso, personas normales que sufren y lloran, y  que pierden seres queridos que los condicionan por el resto de la historia a narrar, posiblemente  recreando mi propia historia.  ¿Sabés qué? En el  fondo son novelas humanas.  “Regreso a casa” y “Las lágrimas de la luna”,  el amor tal cual yo lo entiendo está presente. Y confieso que me duele mucho cuando separo a los amantes, ya que  tanto la c.f, como el futuro del hombre, impondrán  el dolor de la soledad,
Mis personajes (perdón por el machismo, al fin y al cabo soy varón) se encuentran solos en eso de andar por ahí, entre las estrellas. ¿Acaso hay garantías de que la conquista del espacio imponga el criterio”sólo para parejas”?  El Tiempo, ese vector, es el peor enemigo de los finales felices en esa tan larga etapa que le espera a la humanidad .Flash Gordon y Dale Arden pertenecen a una historieta  de aventuras exóticas que nos ayudó a soñar, pero nada más. Será muy difícil sobrellevar la vida cada cual, sin nada sólido al lado.  Quienes deberán planificar hasta el último detalle para enviar humanos en misiones, ¿podrán los elegidos sobrellevar la vida sin pensar en quienes quedan atrás?  No tendrán un tren para el regreso, ni un avión, ni un barco, nada. Quizá una foto para aferrarse al pasado, lo único.  ¿No nos esperará la locura en alguna vuelta de esquina?

¿Tienes un e-zine favorito?
No.
¿Hay algún guionista contemporáneo que sigas?
¿En Historietas?  Joe Sacco, Allan Moore, Jodorowsky, Cothias, Lacroix, y una larga legión de franco-belgas, más los ingleses desembarcados en USA que salvaron el género allí, y otros muchos en ámbitos más lejanos, como en Japón, con Tezuca y su Adolf,  o todos los trabajos pergeñados por el grandioso Jiro  Taniguchi.  Mira, son incontables, porque  la constelación de los talentos en este arte brilla más que la Vía Láctea.

¿Cuál es tu guionista favorito?
Es como si me preguntaras qué mujer me gusta más. Si estoy en una isla con una sola, ésa es la favorita.
¿Según tu parecer, Los guionistas de historieta colaboran entre sí o son individuos aislados?
 Si son amigos, se mostrarán quizá sus mutuos trabajos, quizá se ayuden.  Crear  exige soledad, tiempo para pensar, cansancio, crispación, desesperación, ilusión cuando resolviste un problema. Durante años, en El Rincón se hicieron tertulias, no recuerdo que nadie solicitara ayuda; sí se mostraban mutuamente los trabajos, o sea los dibujos.
¿Qué opinas de los dibujantes?
Si son buenos, los felicito. Si no son buenos, y tengo profunda amistad con el autor, con la mayor delicadeza procuro hacer un comentario constructivo.  A veces he arrimado un libro, y he mostrado lo que deseo que vean. La reflexión corre por cuenta de ellos. Hay momentos en que se reúnen, como todo ser social, para tomar una cerveza  y comer pizzas, o coincidir por  algo de interés común. También están los lobos solitarios. Y hay que respetarlos como son. Con sus virtudes y sus defectos. ¿Acaso no me bancan ellos a mí cuando tengo que compartir un jurado? Soy el menos indicado para opinar sobre nadie.
¿Es importante la divulgación de las novedades sobre comics?
En un tiempo, hace años, todos los meses remitía un catálogo con las novedades y una ficha técnica que contenía la descripción anecdótica, con algún guiño especial para lograr el interés de mis clientes. Era un catálogo tan pesado, repleto de imágenes,  que muchos clientes protestaban porque sus equipos no tenían suficiente memoria para abrir esos archivos.  Ahora es distinto.  Algunos, como yo en mi negocio, aún tienen un equipo viejo  para usar simplemente como máquina de escribir.  Mi caso es que ya no dispongo del tiempo necesario.

¿Qué opinás de la autoedición?
A veces no hay más remedio que romper la chanchita y  costearte la impresión. Te evitás la intromisión de los cráneos que quieren cuestionarte y corregirte todo.  Mi pensamiento es  contrario, con respecto a  la distribución. Allí conviene convenir el precio de venta al público, y  los descuentos para el distribuidor y, él a su vez, el asignar el que corresponde a la boca de venta.
Forma de que  todos salgan  felices  y comiendo perdices.
¿Te animás a opinar sobre algún editor que te haya publicado? ¿O no te haya publicado?
Uribe. (Agustín Jaureguizar-España) N-D, etc.  Fue el primero que creyó en mí, me incluyó en su selección de América Latina Fantástica, en Ultramar, y me obligó a poner en la forma más ordenada posible mis demonios sobre papel impoluto. Y cuando me corrigió mi escritura con impronta inglesa, le quedé muy reconocido. El quid es que yo venía de hacer poesía y poesía y poesía. Y las palabras eran como los zapallos en la carreta, se acomodaban con el traqueteo, y no  con las reglas de la gramática española. ¡Oye, que la relación era con un “español”, no con un mexicano!
¿Ves televisión?
(Aborrezco los programas que, lamentablemente, nos llegan desde ese lado.) Pero veo mucho cine;  apunto al nórdico, a los países del Este europeo, del mundo árabe como Irán, maravillas gracias al cable. Me enrollo bastante con CSI Miami, y cine policíaco en general.  Cine argentino algo, Francella es mi ídolo, pero también otros, como Darin y Suar.  Y hay más.
¿Qué opinas sobre los adelantos tecnológicos en la vida diaria?
Maravillosos. Entrás al mundo del consumo aunque no quieras, y dejás de ser menos que tu vecino. Uruguay dispone de más celulares que población.  A mí me lo robaron y nunca más compré. Mis amigos me odian porque no me pueden encontrar cuando me necesitan. Así que tengo una vida diferente, a contrapelo. Y soy libre. Eso sí, tengo mis debilidades, buen audio, buen televisor, buenos reproductores/grabadores. Los autos, cada vez mejores. Los sistemas de inyección computarizados, inmejorables. Eso sí, no te quedes en ningún lugar medio alejado, porque las nuevas tecnologías obligan a hacer muchos cursos, disponer de herramientas sofisticadas, etc.  El mío lleva,  como auto de ley y origen ruso, el consabido rollo de alambre y una buena pinza, más mi inmodesta capacidad manual.
Ah, ….y los celulares, bueno, a veces tengo que andar pidiendo prestado el de algún amigo.  Ya le he echado el ojo a uno,  pero aún no me he decidido.
¿Qué pensás de las nuevas formas de comunicación? ¿Y las redes sociales?
Son excelentes para soliviantar a las masas, hacer revoluciones, buscar información, …..Con las redes sociales, comulgo poco y nada. Me hacen recordar a los grandes conventillos (no sé si el término se usa allí con el mismo sentido que acá) Recuerdo una película italiana, creo que trabajaba Sofía Loren (o capaz que era otra,  no importa) Habían varios edificios en altura, cerrando filas  y,  al medio, un espacio amplio interno. De   las ventanas colgaban ropas secándose. Y un pandemónium femenino se jaraneaba y discutían a los gritos, y habían risotadas, e insultos. ¡Mamma mía!  No cuenten conmigo.
Ahora los chicos siguen aventuras a través de juegos de video o historias en cine condicionadas por el merchandising ¿Pensás que eso reemplazará a la literatura tradicional?
Reemplazará los soportes. El papel es el que más corre peligro.
¿Por  que pensás que en la opinión general, los comics son cosas de baja calidad o sólo para niños?
Porque no han tenido la oportunidad de que les recomendaran algo para su cerebro adulto. Proponé un From Help, o un Gorazde, o un Palestine, o un Bukowsky llevado a la historieta;  o un Por qué odio a Saturno.
 Yo he logrado éxito en ese sentido. Y vienen esposas o compañeras con el pedido:”fulano quiere que le mandes algo para leer”

Esa confianza me gratifica altamente. Y hasta ahora, que yo recuerde, jamás me han devuelto nada.

¿Imaginás que algún día conquistaremos el espacio como en Star Trek?
Bueno, te dije que si volviera a mis veinticinco, sería físico. La respuesta va de camino con la mecánica cuántica. A través de ella, encontraremos la luz al final de la noche. El multiverso nos espera.  ¡Qué no verán nuestros tataranietos!!
Si hubiese un holocausto climático o ecológico ¿Qué harías?
Correría a salvar a los míos, construiría una nueva barca de Noé, y pondría todos los libros y las historietas a salvo. ¿Qué esperabas que te contestara?  Vivimos a corta distancia de Atocha. Hay que rezarle al que te dije todas las noches, y a la mañana siguiente agradecerle el primer rayo de sol.

¿Crees que los guionistas de comics son nerds o ratones de biblioteca despegados de la realidad?
Son trabajadores como cualquiera otros. Eso sí, sin horarios de ocho horas, a veces sin días ni noches, sin afeitarse y malolientes, si es que hay que entregar en plazos.
¿Cuál fue el último comic que leíste?
El que estoy leyendo: El Gran Duque, con un dibujo soberbio y superdetallista de los aviones en el frente ruso durante la II Guerra Mundial.  Guión de Yann y dibujos y color de Romaní Hugault.

¿Pensás que alguien leerá este diálogo?
Depende del éxito de tu blogg. Al menos, vos fuíste uno. Y alcanza. Para qué más.  Seamos amigos, a la distancia. Ah, y mirá que no soy responsable de mis dichos. Estoy en tratamiento psiquiátrico.
(No, noooo, no te lo creas. Al terminar este cuestionario, me siento relajado y chistoso)
Aprecio que no hay más preguntas. Un saludo cordial, y hasta cualquier momento. Gabriel






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