PRÓXIMAMENTE, UNA NUEVA TIRA ...
PANDEMIA.
-Anticipo Cap 1: ANTÁRCTICA -
Guión: Juan ROZZ - Dibujos: Mar Carper
PANDEMIA.
-Anticipo Cap 1: ANTÁRCTICA -
Guión: Juan ROZZ - Dibujos: Mar Carper
En la noche interminable, más allá del paralelo 60, los más ancianos contaban que todo había sucedido antes del colapso de los recursos naturales.
Sobraban Humanos que ni siquiera servían para ser mano de obra esclava y su longevidad amenazaba la delgada línea del gran estallido social.
China, advenediza, osó disputar la hegemonía al gran Imperio Occidental, mientras la acumulación de riquezas en manos de unos pocos llegaba a un cuello de botella imposible.
Al peligrar su feudo, ELLOS decidieron poner mano dura. Entonces, lanzaron el virus.
Todo comenzó silenciosamente, donde nadie lo esperaba.
Atacaron el corazón de una economía altiva, que peleaba palmo a palmo la supremacía por el control del mundo con los más poderosos entre los poderosos.
Comenzó en un mísero pueblito donde unos pobres sub-humanos comían murciélago crudo. Una nueva súper bacteria fugó de su tubo de ensayo.
Quienes conocen de la vieja Historia, refutan la leyenda. El escape se sucedió cuando un “Illuminati” pudo abrir la jaula de cautiverio. “Juguemos en el mundo, mientras el Diablo no está…”
La epidemia avanzó con la velocidad de lo imposible. Mujeres y hombres, adultos mayores, y algunos jóvenes y niños con otras enfermedades pronto fueron diezmados. Ante el crecimiento exponencial de la epidemia, se ensayaron protocolos de emergencia nunca antes vistos. Se construyeron hospitales con celeridad envidiable. MIentras, el mundo observaba.
Dicen los Antiguos, que ni la gripe aviar de 1997, o la porcina de 2009; o hasta la gripe española de 1918, se habían reproducido con la velocidad del virus exterminador.
La inmunidad previa no funcionó. Algo anduvo muy mal. Los creadores también cayeron vencidos.
Las observaciones empíricas de los científicos desarrollaron teorías hoy aún difíciles de explicar. Más no se pudo hallar una cadena lógica de pensamiento capaz de explicar los patrones de mortandad de éste súper virus en los últimos 100 años.
La ciencia aguardaba validar cada hipótesis y determinar los mecanismos exactos para aplicar ese poco conocimiento, tratando que los infectados no murieran por las rápidas mutaciones de las cepas pandémicas, en horas.
Durante la Gran Epidemia; el curso de la Humanidad mutó.
En semanas, China cerró sus fronteras y estableció protocolos férreos de contingencia. Pero los infectados siguieron cayendo como insectos alcanzados por un vendaval.
Jumbos enteros repletos de turistas y de mercachifles de la economía de mercado llevaron las cepas más allá de la infección primigenia por todo el mundo.
La vieja Europa cayó asolada por la virulencia del Corona. La geometría de los escaques de la Muerte fue más veloz que el más veloz de los transportes.
Las poblaciones de Italia, España, Francia y Alemania comenzaron a caer diezmadas por la pandemia, se cerraron sus fronteras y se engrilló a los infectados. Los medidores económicos del mundo entero se sacudieron en una mezcla de terremoto y tsunami mortal.
A tres meses de descubierto el paciente Cero, en Hubei; China, los científicos de ese país, Japón y Corea, daban por ralentizada la pandemia en Oriente.
Con más de cien mil casos, los países de la Unión Europea cerraron sus fronteras y sus economías.
En pocos días, los viajeros del mundo exportaron el flagelo hacia Africa, América y Oceanía. Los Estados Unidos nunca dieron información sobre lo sucedido, pronto cerraron el ingreso, y sus fronteras se hicieron inexpugnables.
Río, Buenos Aires, Santiago y Caracas cayeron doblegadas por las cepas primigenias. En Asia el virus mutaba para generar una segunda oleada de infectados, más allá del cúmulo de víctimas mortales de la primera, los mayores de 60 años.
La franja etaria se amplió con el nuevo brote. En Agosto de 2020, la tasa de mortandad inicial estimada en el 2 por ciento de los infectados, aumentó al 5 por ciento y creciendo.
Las fronteras de los países del mundo fueron cerradas, estableciendo primero cuarentenas para los recién llegados de los países del foco inicial del contagio y los VC positivos, para que luego fueran inter-estatales, y provinciales, hasta llegar a serlo inter – ciudades y pueblos.
Se decretó en el mundo la no importación de materiales del exterior, ya que las cepas mutantes se trasladaban en los containers transatlánticos, materiales que se reemplazaron por los que dieran las industrias autóctonas en cada territorio. Luego del quiebre de la Bolsa Mundial de 2023 no hubo más moneda común, y el patrón de cambio fueron los bienes de primera necesidad: agua y alimentos.
Desde 2021, con el cierre de fronteras, los países menos desarrollados industrialmente y más afectados por el virus (Grecia, España, Italia, Argentina, México, Chile, Colombia…) debieron acceder a instalar las “FACTORÍAS” en sus territorios o sucumbir a la inanición.
Domos gigantescos de unidades de producción del WORLD HEGEMONIC PRODUCTIVE ECONOMIC GROUP, fueron la solución a las carencias regionales.
Sobraban Humanos que ni siquiera servían para ser mano de obra esclava y su longevidad amenazaba la delgada línea del gran estallido social.
China, advenediza, osó disputar la hegemonía al gran Imperio Occidental, mientras la acumulación de riquezas en manos de unos pocos llegaba a un cuello de botella imposible.
Al peligrar su feudo, ELLOS decidieron poner mano dura. Entonces, lanzaron el virus.
Todo comenzó silenciosamente, donde nadie lo esperaba.
Atacaron el corazón de una economía altiva, que peleaba palmo a palmo la supremacía por el control del mundo con los más poderosos entre los poderosos.
Comenzó en un mísero pueblito donde unos pobres sub-humanos comían murciélago crudo. Una nueva súper bacteria fugó de su tubo de ensayo.
Quienes conocen de la vieja Historia, refutan la leyenda. El escape se sucedió cuando un “Illuminati” pudo abrir la jaula de cautiverio. “Juguemos en el mundo, mientras el Diablo no está…”
La epidemia avanzó con la velocidad de lo imposible. Mujeres y hombres, adultos mayores, y algunos jóvenes y niños con otras enfermedades pronto fueron diezmados. Ante el crecimiento exponencial de la epidemia, se ensayaron protocolos de emergencia nunca antes vistos. Se construyeron hospitales con celeridad envidiable. MIentras, el mundo observaba.
Dicen los Antiguos, que ni la gripe aviar de 1997, o la porcina de 2009; o hasta la gripe española de 1918, se habían reproducido con la velocidad del virus exterminador.
La inmunidad previa no funcionó. Algo anduvo muy mal. Los creadores también cayeron vencidos.
Las observaciones empíricas de los científicos desarrollaron teorías hoy aún difíciles de explicar. Más no se pudo hallar una cadena lógica de pensamiento capaz de explicar los patrones de mortandad de éste súper virus en los últimos 100 años.
La ciencia aguardaba validar cada hipótesis y determinar los mecanismos exactos para aplicar ese poco conocimiento, tratando que los infectados no murieran por las rápidas mutaciones de las cepas pandémicas, en horas.
Durante la Gran Epidemia; el curso de la Humanidad mutó.
En semanas, China cerró sus fronteras y estableció protocolos férreos de contingencia. Pero los infectados siguieron cayendo como insectos alcanzados por un vendaval.
Jumbos enteros repletos de turistas y de mercachifles de la economía de mercado llevaron las cepas más allá de la infección primigenia por todo el mundo.
La vieja Europa cayó asolada por la virulencia del Corona. La geometría de los escaques de la Muerte fue más veloz que el más veloz de los transportes.
Las poblaciones de Italia, España, Francia y Alemania comenzaron a caer diezmadas por la pandemia, se cerraron sus fronteras y se engrilló a los infectados. Los medidores económicos del mundo entero se sacudieron en una mezcla de terremoto y tsunami mortal.
A tres meses de descubierto el paciente Cero, en Hubei; China, los científicos de ese país, Japón y Corea, daban por ralentizada la pandemia en Oriente.
Con más de cien mil casos, los países de la Unión Europea cerraron sus fronteras y sus economías.
En pocos días, los viajeros del mundo exportaron el flagelo hacia Africa, América y Oceanía. Los Estados Unidos nunca dieron información sobre lo sucedido, pronto cerraron el ingreso, y sus fronteras se hicieron inexpugnables.
Río, Buenos Aires, Santiago y Caracas cayeron doblegadas por las cepas primigenias. En Asia el virus mutaba para generar una segunda oleada de infectados, más allá del cúmulo de víctimas mortales de la primera, los mayores de 60 años.
La franja etaria se amplió con el nuevo brote. En Agosto de 2020, la tasa de mortandad inicial estimada en el 2 por ciento de los infectados, aumentó al 5 por ciento y creciendo.
Las fronteras de los países del mundo fueron cerradas, estableciendo primero cuarentenas para los recién llegados de los países del foco inicial del contagio y los VC positivos, para que luego fueran inter-estatales, y provinciales, hasta llegar a serlo inter – ciudades y pueblos.
Se decretó en el mundo la no importación de materiales del exterior, ya que las cepas mutantes se trasladaban en los containers transatlánticos, materiales que se reemplazaron por los que dieran las industrias autóctonas en cada territorio. Luego del quiebre de la Bolsa Mundial de 2023 no hubo más moneda común, y el patrón de cambio fueron los bienes de primera necesidad: agua y alimentos.
Desde 2021, con el cierre de fronteras, los países menos desarrollados industrialmente y más afectados por el virus (Grecia, España, Italia, Argentina, México, Chile, Colombia…) debieron acceder a instalar las “FACTORÍAS” en sus territorios o sucumbir a la inanición.
Domos gigantescos de unidades de producción del WORLD HEGEMONIC PRODUCTIVE ECONOMIC GROUP, fueron la solución a las carencias regionales.
Fue la maniobra maestra de “El Grupo”, la alianza de los capitalistas más importantes del orbe, que para rescatar de la inanición y la destrucción a los países de ese “submundo”, requerían un territorio autónomo dentro de cada zona a instalarse, con completa independencia y poder de decisión absoluto por sobre los gobiernos soberanos, y libertad de maniobra de los mismos bajo Ley Marcial.
Las fuerzas vivas intentaron resistirse, siendo duramente reprimidas y diezmadas al recurrir los Estados a los Decretos y Protocolos de Pandemia Mundial. O en su defecto, a las tropas del OPM. La resistencia fue fútil. Si los últimos defensores de los Derechos Individuales no caían por la mutación CV 5 ó 6, lo hacían bajo las balas y macanas de los regimientos del ORDEN PANDÉMICO MUNDIAL.
Hacia 2025, las “Células de la Resistencia Viral” se habían organizado clandestinamente. Los “empleados” de las FACTORÍAS, entonces tenían una vida útil real de cinco años, donde merced a los aceleradores de partículas que “El Grupo” había impuesto, con los que evitaban ingresar al “Corona” en sus instalaciones y ciudades satélites, se creaba una atmósfera imposible para humanos “no inmunizados”, como lo eran los servidores de EL GRUPO provenientes del exterior autóctono.
Con éste deterioro en sus aparatos autoinmunes, los “regional employees” (RE), eran declarados no aptos para las tareas en El Grupo con solo cinco años de antiguedad.
Las fuerzas vivas intentaron resistirse, siendo duramente reprimidas y diezmadas al recurrir los Estados a los Decretos y Protocolos de Pandemia Mundial. O en su defecto, a las tropas del OPM. La resistencia fue fútil. Si los últimos defensores de los Derechos Individuales no caían por la mutación CV 5 ó 6, lo hacían bajo las balas y macanas de los regimientos del ORDEN PANDÉMICO MUNDIAL.
Hacia 2025, las “Células de la Resistencia Viral” se habían organizado clandestinamente. Los “empleados” de las FACTORÍAS, entonces tenían una vida útil real de cinco años, donde merced a los aceleradores de partículas que “El Grupo” había impuesto, con los que evitaban ingresar al “Corona” en sus instalaciones y ciudades satélites, se creaba una atmósfera imposible para humanos “no inmunizados”, como lo eran los servidores de EL GRUPO provenientes del exterior autóctono.
Con éste deterioro en sus aparatos autoinmunes, los “regional employees” (RE), eran declarados no aptos para las tareas en El Grupo con solo cinco años de antiguedad.
Sin ningún tipo de indemnización, ni aviso previo al momento de su retiro, eran directamente expulsados de los “domos”, para pasar a ser de inmediato “parias” en la tierra de nadie existente entre las antiguas ciudades y los “domos” de El Grupo, donde en unos pocos años, caían víctimas de las cepas CV22, CV23; la última mutación del Corona Virus.
Con la última gran nevada ácida de 2027 (los Domos producían una alta contaminación en dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre) un grupo de “ciudadanos” de Buenos Aires Ordenada, menores de 20 Años (era la edad inicial de reclutamiento obligatorio para los Domos, salvo poseer el “Pase Pertenecer”, reservado para la élites; o bien el Registro Meritorio, reservado para prorrogar la incorporación hasta los 30 años) decidió escapar hacia la Antárctica, un islote flotante que oscilaba en medio del Océano Glacial Antártico.
Lograron su objetivo, y organizaron la Resistencia Activa por la Liberación. Fueron sitiados y combatidos, pero la improbabilidad de ser hallados (las condiciones climáticas habían creado una especie de “Triángulo de las Bermudas” en el Océano Antártico) hizo que se abandonara su persecución desde Las Factorías.
Con el paso del tiempo, cientos de desertores de los RE alcanzaron Antárctica. Hasta que en 2120, decidieron cortar el yugo opresor de “EL GRUPO” e iniciar la reconquista del planeta.
Hace ya dos años que no recibimos noticias de nuestro partisanos. La última Cohorte de Antárctica, de la que formo parte, está presta a partir hacia la reconquista, o la muerte. Solo quedará una pequeña guardia de ancianos antarctianos mayores de 40 años a cargo de la Base.
Soy Karuc, la Gala, y ya olvidé mi nombre real. Tengo 24 años, y soy comandante de Mar y de Guerra de la Legión Partisana Antáctica IX. La famosa “Novena Legión”.
Partimos hacia el Continente, a reconquistar la vida o ganar la muerte.
¡Hasta la Victoria Siempre!
Antárctica, Tierra Liberada, marzo 20 de 2120.
Con la última gran nevada ácida de 2027 (los Domos producían una alta contaminación en dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre) un grupo de “ciudadanos” de Buenos Aires Ordenada, menores de 20 Años (era la edad inicial de reclutamiento obligatorio para los Domos, salvo poseer el “Pase Pertenecer”, reservado para la élites; o bien el Registro Meritorio, reservado para prorrogar la incorporación hasta los 30 años) decidió escapar hacia la Antárctica, un islote flotante que oscilaba en medio del Océano Glacial Antártico.
Lograron su objetivo, y organizaron la Resistencia Activa por la Liberación. Fueron sitiados y combatidos, pero la improbabilidad de ser hallados (las condiciones climáticas habían creado una especie de “Triángulo de las Bermudas” en el Océano Antártico) hizo que se abandonara su persecución desde Las Factorías.
Con el paso del tiempo, cientos de desertores de los RE alcanzaron Antárctica. Hasta que en 2120, decidieron cortar el yugo opresor de “EL GRUPO” e iniciar la reconquista del planeta.
Hace ya dos años que no recibimos noticias de nuestro partisanos. La última Cohorte de Antárctica, de la que formo parte, está presta a partir hacia la reconquista, o la muerte. Solo quedará una pequeña guardia de ancianos antarctianos mayores de 40 años a cargo de la Base.
Soy Karuc, la Gala, y ya olvidé mi nombre real. Tengo 24 años, y soy comandante de Mar y de Guerra de la Legión Partisana Antáctica IX. La famosa “Novena Legión”.
Partimos hacia el Continente, a reconquistar la vida o ganar la muerte.
¡Hasta la Victoria Siempre!
Antárctica, Tierra Liberada, marzo 20 de 2120.
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